Marta Díaz presenta hoy su carta de baja voluntaria del PSOE. | DANIEL ESPINOSA

Marta Díaz ha presentado esta mañana en la sede de los socialistas en Madrid (Ferraz) su baja voluntaria del PSOE (la carta íntegra) y mantendrá el acta de consellera en el Consell d’Eivissa para «defender mi honor, que se ha mancillado», explicó ayer. En este sentido, afirma que es la «única herramienta» que tiene para defenderse y recalcó que ha pedido los tiqués de sus gastos en la anterior legislatura «y me los tienen que dar en un plazo de 30 días; si no soy consellera no me los darán». Cabe recordar que la ejecutiva de la FSE la cesó de los cargos orgánicos en la formación el lunes pasado y le exigieron que entregara su acta después de que Diario de Ibiza publicara gastos que había hecho en la anterior legislatura y que, presuntamente, no estaban justificados. De hecho, el plazo para entregar el acta acababa hoy y si no la entregaba sería expulsada del partido. Díaz asume que pasará al Grupo Mixto en la máxima institución insular.

La carta
En la extensa carta que presenta hoy en Ferraz para darse de baja del partido, Díaz recuerda sus inicios en el mundo de la política, que se remontan al año 2009 cuando Pilar Costa le ofreció ser directora general de Justicia de Balears, y señala que hay dos momentos en que el PSIB ha «intentado hacerme callar. Y dos veces ante una injusticia».
La primera de ellas, por mostrar su apoyo públicamente a Pedro Sánchez. «Después de aquel fatídico comité federal del 1 de octubre, Pedro Sánchez dimitió como secretario general al haberle dado la espalda la mayoría de miembros de la dirección del partido. De repente, en Balears, que habíamos sido todos mayoritariamente ‘pedristas’, la secretaria general del PSIB, Francina Armengol, decidió que teníamos que apoyar a Patxi López». Díaz aclara que siempre ha respetado mucho a López, pero que conoce personalmente a Sánchez «y siempre le he apoyado porque considero que es la mejor persona para dirigir nuestro partido y nuestro país y quien me conoce sabe que mi lealtad está a prueba de bombas». En este sentido, señala que ella fue «uno de los primeros cargos públicos» en apoyar públicamente a Sánchez cuando se le consideraba «un cadáver político». Díaz recuerda que organizaron un acto en apoyo a Sánchez en la FSE en el que había militantes de base, Sofía Hernanz y ella. Esto no gustó al PSIB y le supuso «un buen tirón de orejas» Bel Oliver, según explica Marta Díaz en el escrito, le llamó para decirle que «no podía apoyar públicamente a Pedro Sánchez». «A lo que yo le espeté: ‘¿Cómo?¿La secretaria general del PSIB puede apoyar públicamente a Patxi y yo no puedo apoyar a Pedro?’ Y Bel Oliver me contestó: ‘Ella lo hace a título particular’. A lo que yo repliqué. ‘Yo también’. Y seguí apoyando a Pedro, cosa que la dirección del partido en Balears no me ha perdonado», relata con crudeza Díaz.

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La sorpresa
La segunda vez que «el partido ha pretendido que calle ante una injusticia resulta que me afecta a mí personalmente», cuenta Díaz En este punto, relata que el 1 de octubre empieza una «campaña de difamación brutal y de acoso hacia mi persona» y la dirección del PSIB le pide que dimita.

Cabe destacar que Díaz sostiene que esta «campaña» empieza por la devolución de una factura de publicidad a un medio de comunicación local y por exponer públicamente que el equipo de gobierno del Consell d’Eivissa no deja al PSOE hacer su labor de oposición. Inicialmente, Díaz «en estado de shock» dimite, pero reconsidera su decisión por las «muestras de apoyo recibidas». Así, señala que el lunes pasado se reúne la comisión ejecutiva de la FSE para decidir qué hacer con su no dimisión: «Mi sorpresa fue enterarme de que la mayoría de la comisión ejecutiva había decidido cesarme de todos los cargos en la FSE-PSOE y darme tres días para devolver el acta de consellera. Ahí entendí, con estupor, la famosa frase de Winston Churchill: ‘Nuestros adversarios están enfrente, nuestros enemigos, detrás’». Díaz afirma en el escrito que «jamás» hubiera dejado «a un compañero solo ante una brutal campaña de difamación como la que estoy sufriendo». «Aunque me han dejado muy sola, mi dignidad está ante todo. Vengo de una familia humilde que se crece ante la adversidad. Y por mi dignidad, por la de mi familia y por la de todas aquellas personas que en algún momento de su vida han sufrido una campaña difamatoria como la que me está tocando vivir a mí y no han tenido la posibilidad de defenderse, por todos ellos voy a luchar para que se restituya mi honor. Y para ello no puedo hacer entrega de mi acta de consellera, tal y como me pide la dirección del PSIB», concluye la ya exsocialista.