Toni Pérez, en su puesto de trabajo durante la entrevista realizada por videoconferencia.

Toni Pérez nació en la ciudad de los rascacielos un 2 de junio de 1968. Y no nos referimos a Nueva York, sino a una localidad que nos pilla bastante más cerca y que desde que se inició en esto del turismo no conoce la palabra «estacionalidad». Con 140 hoteles abiertos y al 80 % de ocupación, Benidorm fue la primera ciudad de España en desalojar a todos sus turistas y devolverlos a sus lugares de origen. Y lo hizo en menos de 72 horas. El alcalde nos cuenta en esta entrevista cómo está gestionando el ayuntamiento de una de las localidades turísticas más importantes de España, la crisis de la COVID-19.

—Cuando empezó a ponerse la cosa seria, a diferencia que nosotros aquí en Ibiza donde prácticamente todos los hoteles estaban cerrados, ustedes tenían Benidorm al 80 % de ocupación. ¿Cómo se desaloja una ciudad llena de turistas en 72 horas?
—Estábamos al 80’2 % de ocupación, que es lo normal en Benidorm en un mes de marzo. Pues con mucha convicción y sabiendo que tenías que anticiparte a esta pandemia y sus efectos. Tienes que tomar decisiones muy difíciles, muy duras, muy contundentes y, desde luego, de la mano del empresariado, que fue ejemplar. La historia de la ciudad escribirá cómo unos empresarios fueron capaces de anteponer la salud a todo lo demás. En ese momento había, solo en los hoteles, cerca de 35.000 clientes, la mayoría de ellos británicos y en contacto con la Embajada fuimos capaces en 72 horas de sacarles a todos ellos de Benidorm y devolverles a sus casas. No les dejamos en la cuneta. Y el miércoles 18 por la noche, Benidorm cerraba todos sus hoteles.

—¿Quién gestionó la vuelta de todos los turistas?
—Nos pusimos en contacto rápidamente con la Embajada Británica en España, donde tenemos muy buenas relaciones porque trabajamos mucho con ellos. Hay que decir que el Reino Unido es el principal emisor de Benidorm. Evidentemente, la gran dificultad era que había muchos paquetes vendidos. La primera decisión importante fue decirle a los turoperadores que muchos de sus turistas en pleno vuelo tenían que dar la vuelta antes de bajar del avión y de llegar a Alicante. Eso se tradujo, además, en una noticia fake que decía que los aviones se marchaban de vacío para no recoger a los turistas británicos que estaban en Benidorm. Y la realidad es que iban llenos. Nunca llegaron a tomar tierra y se volvieron a su país para venir vacíos para poder llevarse turistas.

—La patronal hotelera de Benidorm, Hosbec, fue la primera en tomar la difícil decisión de cerrar los hoteles antes incluso de que lo decretase el Gobierno.
—Sí. En la Comunidad Valenciana se decreta el cierre de bares, restaurantes y cafeterías el día 13 a las 24 horas. Hay que entender que Benidorm estaba llena de turistas, que muchos habían llegado ese mismo día o días anteriores y no entendían nada. El sábado salían a una ciudad con todos los bares y restaurantes cerrados. Una incomprensión absoluta. Automáticamente tuvimos que montar un dispositivo de información con todo lo que estaba a nuestro alcance: drones, flyers, reparto de publicidad, furgonetas de megafonía diciendo España va a entrar en un estado de alarma y no os preocupéis que os vamos a sacar de aquí para que no os quedéis confinados. Porque hay que recordar que España cerró en realidad los hoteles ocho días después de lo que lo hiciera Benidorm. Un domingo 15 de marzo, a las dos del mediodía, 140 hoteles en Benidorm deciden cerrar sus puertas 72 horas después y por una cuestión sanitaria.

—¿Cómo valora la decisión del Gobierno de empezar a abrir los hoteles, pero sólo habitaciones sin utilizar las zonas comunes?
—Bueno, a mí me ha sorprendido muchísimo porque tuvimos una reunión con la Ministra de Turismo por videoconferencia. Yo presido la Asociación de Municipios Turísticos de Sol y Playa, en la que está Salou, Lloret de Mar, Calvià... y les trasladamos un documento con siete medidas que entendíamos se debían de atender para poder iniciar la apertura del turismo, pero no en un plazo ni siquiera medio. Y la verdad es que nos ha dejado muy sorprendidos porque creo que lo primero que se debe garantizar es la seguridad sanitaria. España no se puede permitir tener un rebrote que afecte al turismo porque eso va a ser la puntilla en una situación que es crítica. Hosbec ha calificado estas medidas de hoy –por el pasado miércoles– como un salvavidas de hormingón para el sector. Imagínate abrir un hotel sin clientes y sin ninguna reserva.

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—Dice que les presentaron un documento con siete medidas para la reapertura del turismo. ¿Cuáles son esas medidas? ¿Las han tenido en cuenta desde el Ministerio?
—Bueno, es evidente que aún no las han atendido, porque nosotros hablábamos de medidas fiscales, financieras, de colectividad, de coordinación, de colaboración... y ninguna de esas se ha producido. La reunión con la Ministra la tuvimos un sábado y el documento estaba el lunes encima de su mesa, porque hemos trabajado mucho en ese documento al irnos la vida en ello. Una de las propuestas era poder extender los ERTE por fuerza mayor hasta 12 meses, para flexibilizar y que las empresas no tuvieran la necesidad de abrir urgentemente. Sin clientes y sin poder ofrecer el producto que ofrece España, tanto en el caso de Benidorm, como en el caso de Ibiza, vamos a generar insatisfacción, vamos a arriesgarnos a un nuevo contagio y cuando cerremos de nuevo ya no habrá posibilidad de ERTE. Habrá despidos.

—¿Hoteleros y restaurantes han establecido o preparado algún protocolo ante la apertura en Benidorm?
—Los protocolos sólo servirán si son únicos y homologables. No nos podemos quedar solo en España. Tienen que ser protocolos que estén homologados también en Europa y para cada una de las diferentes actividades turísticas. Pero para todos igual. Si me voy a Grecia de vacaciones, que tenga claro que allí tengo los mismos protocolos que aquí. Las administraciones tenemos que estar en estos momentos para dar tranquilidad y ofrecer soluciones a los que generan la actividad. El pequeño empresario de Benidorm o de Ibiza no sabe a qué atenerse. Eso tiene que salir de abajo arriba para alimentar una norma que tiene que venir de arriba abajo. Pero si de la noche a la mañana te dicen que tienes que abrir, pues no saben a qué atenerse.

—Ustedes han destinado cuatro millones de euros del presupuesto municipal en ayudas directas a los vecinos de Benidorm.
—Son ayudas de las que, por una parte, 2’6 millones van para autónomos, pymes y empresas, y 1’4 van para los vecinos que se hayan visto afectados por una pérdida de poder adquisitivo.

—¿Ese dinero sale del superávit del ayuntamiento?
—2’6 millones de prioridades que teníamos para abordar este año, fundamentalmente en capítulo de inversiones, y 1’4 millones, que es el 100 % que nos permite la ley, con cargo al superávit del año 2019, que se fija en un 20 %. Esto es una sinrazón porque los ayuntamientos que hemos hecho los deberes y tenemos superávit hay una parte que la tenemos en los bancos. Y ahora los bancos nos cobran intereses por el dinero público que tenemos en ellos, que no nos podemos gastar porque nos lo impide el Estado. El superávit de todos los ayuntamientos de España le viene muy bien al balance anual de cuentas del Estado. Y ahora el temor, que lo ha expresado muy bien la Federación de Municipios y Provincias, es que este superávit, que acumula 20.000 millones de euros, el Gobierno decida ponerlo a su disposición. Pero claro, estos son los ahorros de los pueblos gracias a los impuestos locales. Pedimos que se rompa ese techo y que podamos atender a nuestros ciudadanos ahora que hace tanta falta.

—¿El Ayuntamiento de Benidorm ha hecho test a sus policías locales?
—Sí, hemos hecho unos 700 test a la Policía Local y también se han hecho test a Policía Nacional, Guardia Civil, Protección Civil, Bomberos, voluntariado y a todos los funcionarios y empleados municipales de servicios básicos esenciales y presenciales. Y a partir de la semana que viene se lo ofrecemos al resto del funcionariado, las empresas concesionarias municipales y todas las empresas y masa laboral de Benidorm que hasta hoy estaba atendiendo a la sociedad, cajeros de supermercado, etcétera.

—Cómo se plantea el Ayuntamiento de Benidorm abrir las playas?
—Pues muy mal si no tenemos una garantía sanitaria. Nosotros estamos trabajando para abrirlas bien. Observando todo lo que esté en nuestras manos para garantizar esa seguridad. Pero es que la playa es un lugar donde el distanciamiento físico es muy difícil. Las playas de Benidorm son un hervidero, pero también salen ideas o alternativas que igual se pueden aplicar con éxito, pero ¿cómo controlar cuando nos metemos en el agua o el paseo por la orilla? Yo creo que hay que ser realistas cuando se habla de las cosas y en este caso no hablamos de una calita inhóspita. Son playas urbanas. Hay que hacerlo muy bien.