Varias personas esta mañana en Es Mercat Nou, en Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Desde ayer en España la mascarilla es obligatoria en mayores de seis años si se está en la vía pública, en espacios al aire libre o en cualquier espacio cerrado de uso público donde no se pueda mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros.

En el primer día en vigor de esta norma en Ibiza aún había mucha gente que no llevaba mascarilla. La mayoría, y según pudo comprobar Periódico de Ibiza y Formentera, por desconocimiento sobre la normativa en cuestión. «¿Obligatoria? ¿Entonces me pueden multar si no la llevo? ¿Y si voy solo por la calle y sin nadie alrededor?», nos preguntaba Joan, residente de Vila de 66 años. Iba a hacer un recado a la Avenida de España y no tenía nada claro. «Si me dicen que es cien por cien obligatoria, y no tengo más remedio, iré a comprarla a la farmacia, pero la verdad, no tengo claro cuando puedo usarla o cuando me la puedo quitar».

La sensación es que ya mucha gente lleva mascarilla por precaución, más allá de que sea obligatoria. «España es un país en el que si no te amenazan con multarte no hacemos nada de primeras, pero hay que ser consecuentes y pensar que podemos evitar muchos contagios», contó a este periódico Alma, una joven de 29 años. Lo mismo opinó Juan Alberto, un trabajador de una empresa de reparto que, además, tenía que lidiar con el calor. «Es muy incómodo, se te empañan las gafas y sudas mucho, pero tengo que ser prudente porque trabajo con gente cerca y puede haber un repunte en los contagios».

También fue curioso ver pequeños grupos donde habían quien la llevaba y quien no. «Yo la llevo siempre desde hace días y casi forma parte de mí», explicó Luis Alberto mientras a su lado Miquel aseguraba que «si no es obligatoria no me la pondré porque es incómoda y porque además no está garantizado que proteja contra el virus».

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Tampoco hubo muchas mascarillas en los clientes de cafeterías o bares. «No me la pongo porque para tomarte un café y una tostada es muy incómoda», contaba una mujer que prefirió quedar en el anonimato. No era la única. La incomodidad de la mascarilla al consumir fue un argumento muy utilizado para no llevarla. «No la voy a llevar y menos si las mesas están bien separadas se guarda la distancia de seguridad y estoy al aire libre», aseguró Ramón.

Más venta en las farmacias

Las farmacias también recibieron ayer la visita de clientes buscando mascarillas. La mayor parte de las preguntadas por Periódico de Ibiza y Formentera aseguraron que sí han notado un aumento de ventas desde que se rumoreó que iban a ser obligatorias.

Casi todas ofrecen las quirúrgicas, cuyo precio regula el Gobierno al precio de 0,96 euros, y las FFP2 «que han bajado su coste y ahora están en torno a los cinco euros». Incluso, en algunas hay de tela para adultos y niños. «Me gustaría pensar que el aumento ha sido más por concienciación que por la medida pero todo es bienvenido para reducir los contagios», comentaron en la Farmacia Antonia María Marí Tur de Vara de Rey.