Daniel Pedraza Acosta-Rubio, nacido el lunes con un peso de 3,210 kilos.

Seguramente, convertirse en madre o padre por primera vez es un hecho inolvidable, pero más difícil de olvidar debe ser para quienes viven esta experiencia en tiempos de la COVID-19. Es lo que les ha tocado vivir, entre otros, a la pareja formada por Kirsty Acosta-Rubio y Daniel Pedraza, que anteayer lunes, a las 08.05 horas, tuvo el privilegio de tener entre sus brazos a su primer bebé, que pesó 3,210 kilogramos y se llama igual que su progenitor. Eso sí, como bien afirmó esta madre primeriza, «no hay mal momento para ser mamá».

«Siempre es una ilusión y alegría. Sólo hay que tener precauciones, pero las normales en el embarazo para no enfermarte de ninguna otra cosa también. Lo único que eché de menos es tener a la familia cerca al dar a luz y poder disfrutar con ellos estos días, pero ya habrá tiempo de pasar tiempo en familia para que conozcan al bebé», dijo Kirsty.

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Sobre las precauciones que se tienen en el paritorio, Daniel explicó que «aparte de la obligación de la mascarilla, tienes que ponerte patucos de plástico a la entrada y salida». «Te preguntan si tienes síntomas y, automáticamente, a la embarazada le hacen una PCR, dándole el resultado a las tres horas», continuó. Tras el parto, en la sala de Maternidad en la que se encuentran deben permanecer siempre con la mascarilla y tienen prohibidas las visitas. «El uso de guantes y mascarillas de todos es casi exagerado, pero lo veo bien. Y cada vez que entran, desinfectan todo lo que traen», subrayó el papá.

Sobre el parto, Kirsty comentó: «Fue muy largo. Rompí bolsa el sábado de madrugada y me tuvieron que inducir el parto esa madrugada, pero di a luz el lunes por la mañana. El personal de paritorio es un amor». Actualmente se encuentra «un poco dolorida, pero muy emocionada». «No fue el parto que soñaba, pero al final no hay que hacerse ideas sobre estas cosas porque tu plan cambia en el último momento cuando tu bebé decide cómo quiere él que sea el parto», apuntó Kirsty, una mamá feliz que ha tenido que vivir una experiencia algo distinta a la que vivía una madre primeriza hace apenas dos meses y medio.