Fran Torres, el director del cortometraje encargado por el Consell d’Eivissa para promocionar la isla, se mueve cámara en mano buscando planos. «Quiero colores y vestidos», le explica al responsable de fotografía. Es la segunda jornada de rodaje de ‘La vida islado’ y todo el elenco de extras, casi 30, se preparan para recrear una escena normal de un día de verano ibicenco. Un espejismo, todavía, de aquello que la cinta busca que vuelva en pocos meses. «¡Rodamos!».

‘La vida islado’ es la piedra angular del plan de choque del Consell para relanzar el turismo en la isla. En total se invertirán 250.000 euros en una campaña de medios completa diseñada alrededor del cortometraje de tres minutos. Una «palanca», como la llamó al presentarla el director insular de Turismo, Juan Miguel Costa, que incluye campañas a través de redes sociales en España y en cinco países, promoción en medios de comunicación de todos ellos y una estrategia de lanzamiento que se mantiene en secreto con celo.

Pocos detalles se cuentan también de la trama. Los protagonistas son una chica que llega a Ibiza de visita (Olivia Molina) a la que reciben y enseñan la isla una pareja de amigos (Ana Vide y Juan Pucher).

Meterse en el papel no ha sido complicado para los actores. «El personaje no es Olivia, es una ficción que cuenta la historia de tres amigos de toda la vida, pero es cierto que a nivel personal yo he salido de mi nido en Madrid y está siendo la primera incursión en la vida real», explica Molina.

Ana Vide, también va muy de la mano de su personaje. Ella pasó el confinamiento en Ibiza, por lo que en cierto modo ha recibido a Olivia, además Juan Puches es su pareja en la vida real y en la ficción.

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Rincones de la isla
En director, Fran Torres, pone a la isla como cuarto protagonista del cortometraje. «No es una protagonista de plano cerrado, sino que está siempre presente».

Para él se han abierto «puertas muy bonitas» que le han permitido conocer la isla de un modo diferente.

Si tuviera que destacar un rincón le viene a la mente Cala Mastella, «es un rincón excepcional». Pero destaca también Dalt Vila. «Nosotros estamos recreando esto, pero vivido con la verdad de la gente tiene que ser impresionante, como para enamorarte».
Ana Vide destaca Es Vedrà como escenario que le hipnotiza cada vez que lleva a amigos a conocerlo.

El director hizo los conocidos anuncios de Estrella Damm en Formentera y Menorca, ¿es quitarse una espinita poder hacer ahora este anuncio cortometraje en Ibiza? «Lo pensé muchas veces. Era la isla que faltaba y es perfecto poder hacerlo justo en este momento. Fue como una sincronización del destino. Es quitarme una espinota».

A lo largo de cinco días, en jornadas de 12 a 14 horas de rodaje, pasarán por una casa payesa de Jesús, por Platges de Comte o Las Dalias. Un recorrido para sentirse islado y, quizás, quedarse islado.

La escena
Olivia y Ana bajan por una escalera de Dalt Vila hacia la plaza del Sol. Paran en una tienda de ropa de estilo Adlib. Ana le alcanza un vestido a Olivia, que lo coge y lo hace coincidir con su silueta. A su espalda, en el bar ‘La Escalinata’, una pareja bromea mientras cuatro amigas brindan un poco más abajo. Dos cervezas, un cóctel y un agua. «¡Hemos cortado! ¡Todos a primera por favor!».