El economista y empresario Joan Serra Mayans, en su despacho. | DANIEL ESPINOSA

Dos o tres días a la semana se levanta a las cinco de la madrugada para cuidar el huerto, pasear con el perro o dar una vuelta en bicicleta por Sant Mateu. A las ocho ya está en su despacho en Ibiza, al frente, junto a su hermano, de un equipo de 150 empleados que intentan capear el temporal atendiendo y aconsejando a los clientes de sus tres asesorías en las Pitiusas, sus cuatro agencias de viaje (Es Freus, presente en las cuatro islas de Baleares) y sus dos hoteles (Los Rosales, en Es Pujols, y Puchet, en Sant Antoni), abiertos todo el año. Por su dilatada experiencia y su trayectoria profesional, este empresario ibicenco, de padres formenterenses, es una voz autorizada en el ámbito de las pymes. Su punto de vista es calmado, prudente, aunque no tiene reparos a la hora de criticar a las administraciones públicas. El economista Joan Serra Mayans (Ibiza, 1956) se sigue sintiendo emprendedor, pero considera que en este momento lo que toca es la reflexión.

—¿Cómo está viviendo la crisis en sus empresas?
—2020 empezó muy bien y ahora está todo parado. Hay mucha preocupación. Desde marzo, hemos ido solucionando los problemas de nuestros clientes, tanto en las asesorías como en los hoteles, porque las normativas cambiaban y siguen cambiando casi a diario. El 20 de marzo tuvimos que cerrar los hoteles de Sant Antoni y Formentera, aunque volvimos a abrir a principios de junio, y ahora mismo hay una buena ocupación en Formentera, sobre todo por las estancias cortas del turismo español. En Sant Antoni, la verdad es que la ocupación está muy baja, sin ingleses ni italianos. Ahora estamos funcionando bajo mínimos. Si vemos que no se puede seguir, tendremos que cerrar.

—Las agencias de viaje están prácticamente inactivas...
—Están casi paralizadas desde abril. No se vende nada. A la gente se le ha quitado las ganas de viajar, y eso supone que también tengamos algunos empleados con el ERTE.

—¿Los pequeños y medianos empresarios se sienten apoyados por las instituciones?
—Hay que hacer un análisis profundo. En este momento, todos los gobiernos, sean del color que sean, tienen que apoyar a las pymes en el aspecto financiero, en los ERTE o en la reducción de impuestos municipales. Los empresarios no hemos fallado. Esta crisis ha sido un problema de fuerza mayor y ahora hay que adaptarse a las nuevas realidades. Soy optimista, aunque creo que ya nada será igual que antes.

—El invierno será duro para muchas pymes, ¿verdad?
—Sí, muchas empresas van a sufrir mucho y están muy preocupadas por el tema financiero y las relaciones con el personal. Si no hay ayudas de la Administración pública, el invierno será muy duro. Tenga en cuenta que hay muchos trabajadores que sólo han cobrado el ERTE y han trabajado mucho menos de lo que se esperaba.

—Usted también fue político (conseller con el PSOE, de 2007 a 2011) y vivió la crisis económica de 2008. La crispación en la política parece que ayuda poco en estas circunstancias…
—Los políticos deberían relajarse un poco y preocuparse más por el bien común. No se puede estar en constante crispación. Hacen falta los acuerdos, el consenso, la calma. Esto ayudaría mucho a la gente.

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—¿Cómo está el ambiente ahora en Formentera, cuando están marchándose muchos turistas extranjeros?
—Formentera está viviendo ahora gracias al turismo español, pero ya veremos hasta cuándo. Me gustaría recalcar que una zona tan turística como Es Pujols se encuentra prácticamente abandonada, sin apenas inversiones desde hace años y con una red de saneamiento obsoleta.

—Cuando acabe esta temporada de pesadilla habrá muchos menos ingresos de lo previsto…
—Sí, seguro. Y además estamos viviendo un cambio generacional y en las estructuras de las empresas. Tradicionalmente, el empresario es también el propietario de la empresa, pero algunos se han convertido en empresarios arrendadores, lo que ha modificado mucho la forma de los ingresos. En Formentera está pasando esto: muchas empresas se han alquilado. Esta es la realidad. La diferencia es que el empresario emprendedor lleva un negocio adelante y el que alquila espera en el sofá a que le manden la transferencia.

—Parece que los que no paran su actividad son los piratas.
—Quiero dejar muy claro que hay una economía paralela, en negro, que es muy perjudicial. Los ilegales no pueden ser los beneficiarios de esta crisis. Los taxis pirata, las fiestas ilegales, los que se saltan las normas impunemente… Esto no puede ser. Todos cumplimos las normas y nos hemos adaptado a las circunstancias, pero esta gente sigue campando a sus anchas.

—Algunos hoteles y cadenas están bajando los precios para atraer un poco más al turismo. ¿Usted lo hará?
—Creo que no se debe bajar. Estamos dando un servicio que tiene un coste. Si se bajan los precios por debajo del coste o porque se da un mal servicio, entonces casi es mejor cerrar.

—¿Ya ha pasado lo peor?
—Sí. Este shock no volverá a ocurrir. El encierro ya no podrá volver porque ahora hay más conocimiento. Ahora tendremos que reflexionar, y como si fuera empezar de nuevo los negocios.

—¿Qué viaje haría ahora mismo si pudiera?
—Me iría en barco y en coche a San Sebastián, tengo amigos, excelente gastronomía...