Las altas temperaturas registradas durante el incendio calcinaron la vivienda y afectaron a la tabiquería del piso, que fue ayer inspeccionado por los bomberos. | Daniel Espinosa

«Nos encontramos con un escenario muy complejo, un incendio de gran carga térmica con temperaturas que superaron los 700 grados y llamas de más de dos metros en una vivienda con puerta blindada». Así recordaba ayer Miguel Sevilla, jefe de Bomberos del Consell d’Eivissa, el panorama que se encontraron los bomberos el domingo en el incendio desatado en una vivienda del número 24 de la avenida Bartomeu Rosselló.

Así quedo el interior de la vivienda calcinada en el centro de Ibiza. Vídeo: Daniel Espinosa.

La virulencia del incendio era bien visible ayer en el interior del apartamento A de la sexta planta. «En un fuego de estas características se producen llamas de más de dos metros y la enorme carga térmica se aprecia en los daños en los tabiques», apuntó Sevilla mientras analizaba el estado del epicentro de la tragedia. Las llamas calcinaron por completo el salón comedor y el balcón. Este hecho indica que el fuego se inició en estas estancias. Las otras habitaciones, cocina y baño estaban menos afectadas.

Ayer por la mañana, Policía Científica y agentes de le UDEV de la Policía Nacional de Ibiza regresaron al escenario del incendio para revisarlo a conciencia y seguir recabando pruebas para determinar la causa exacta del fatídico incendio. Todo apunta a un origen fortuito en una toma de luz.

Dolor y actividad frenética
La actividad ayer en el inmueble era frenética con vecinos que se afanaban en las labores de limpieza, mientras peritos y técnicos revisaban las dependencias e instalaciones dañadas por el fuego.
Las plantas superiores al escenario del fuego fueron las que se llevaron la peor parte por el humo y, sobre todo, por las altísimas temperaturas registradas durante el incendio. Y el dolor y la consternación seguía muy presente. «La familia de Pilar y nosotros nos mudamos al edificio al mismo tiempo, lo estrenamos», apuntaba un afectado Vicent Riera, vecino del tercer piso del número 24 de Bartomeu Rosselló. «Escuchamos mucho ruido y salimos a la calle pensando que había una pelea o discusión. Luego ya vimos el humo y las llamas saliendo por el balcón», apuntó con rostro de resignación.

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Los vecinos de las plantas inferiores pudieron regresar a sus casas la tarde del domingo. «Estaba todo encharcado, no había luz pero pudimos volver a media tarde», señaló María José Ferrer, vecina del quinto.

Los daños en la sexta planta son cuantiosos y los efectos se extendieron a las otras plantas a través del patio de luces. Ayer era día de hacer recuento de daños para trasladar a las aseguradoras.

La huella dejada por el incendio tardará mucho tiempo en borrarse. El hollín invadió gran parte de las zonas comunes y los técnicos deben revisar instalaciones eléctricas y de agua.

Los vecinos del edificio tienen por delante días, semanas de trabajo, días también para tratar de digerir la ausencia de su vecina Pilar, fallecida en una fatídica mañana de domingo en el corazón de Vila.