La Orquesta Sinfónica Ciutat d’Eivissa realizó este domingo, en Can Ventosa, su segundo concierto de la temporada, en el que sus integrantes interpretaron la Segunda Sinfonía de Johannes Brahms y el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. Para la ocasión, la Orquesta –que está dirigida por Fernando Marina– contó con la colaboración del profesor del Conservatorio Superior de las Islas Baleares Pedro Mateo, quien, en opinión del director del Patronato Municipal de Música de Ibiza, Iván Mérgola, «es un dios de la guitarra».

El concierto fue realizado por una plantilla reducida a causa del coronavirus, de alrededor de 30 músicos, cuando habitualmente la componen más de 40 personas, explicó Mérgola. La Orquesta normalmente realiza tres conciertos por temporada, casi siempre en Can Ventosa: uno en septiembre–octubre, otro en febrero–marzo y el último, en abril o mayo. Para el próximo se espera la orquesta completa.

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Mérgola, quien resaltó la valía de todos los músicos que componen la agrupación –casi todos profesores del Conservatorio o de escuelas diversas– comentó que las dos piezas del concierto son muy tristes, porque fueron compuestas en momentos difíciles en las vidas de ambos músicos. Según dijo, «lo que pretendían ambos compositores es que, cuando la gente saliera de sus conciertos, se olvidara de sus problemas». Eso es «lo bonito» y lo que esperaba que sucediera ayer: «Que la gente, cuando salga de aquí, se haya olvidado, al menos un ratito, de todos los problemas que hay en el mundo».

Cabe reseñar que, en 2023, coincidiendo con el vigésimo aniversario de la orquesta, que se cumplirá en el mes de diciembre, el grupo tiene previsto desplazarse por las islas a realizar una serie de eventos, entre otros uno en el Teatro Principal de Mallorca.