Remolachas recién cosechadas en Ibiza. | Toni Planells

El mes de mayo es una época de impass en la cosecha de productos autóctonos. Aunque en el mercado payés de la Cooperativa de Sant Antoni ya se pueden encontrar tomates ibicencos que se están adelantando a su época de cosecha, el gerente de la cooperativa, Juan Antonio Prats, explicaba que la precocidad de estos tomates se debe a su cultivo en invernadero, «es la única manera de poder tener estos productos un poco más pronto». No obstante, entre las estrellas del mercado payés durante la mañana de ayer se encontraban la fresa y la remolacha, que se encuentran en pleno auge de su temporada. Un tubérculo y una fruta que comparten, aparte del color rojo, valores antioxidantes.

Fresa

«Estamos en plena temporada de fresa», confirmaba Rocco Bertinetti, responsable de El Corondà d’en Celleràs y agricultor especializado en la fresa. «No es lo mismo la fresa que el fresón. Tienen diferente tamaño, diferente sabor y diferente aroma. Son de diferentes familias», explicaba el agricultor, que continuaba afirmando que «la fresa de bosque de Europa se ha venido cruzando durante siglos con la que descubrieron en Chile, una nueva variedad mucho más grande».

María Elena, Rocco y las fresas ibicencas. Foto: Toni P.

El agricultor cultiva también una variedad autóctona de fresa, «que se cultivó aquí hasta los años 70 u 80». Se trata de una variedad «muy pequeñita y con mucho aroma que, desde el Consell nos están ayudando a recuperar». Una variedad de fresa que Maribel, clienta habitual de este producto, no duda en calificar de «gominola» y cuya cosecha se limita a la época primaveral. Factor que, junto a ciertas dificultades en su cultivo, elevan si precio a 35 euros.

Rocco también ofrece fresa, no fresón, ecológica a 11 euros el kilo de una calidad exquisita, tal como confirmaba María Elena mientras Bertinetti le servía 200 gramos de este manjar: «El sabor de estas fresas no tiene nada que ver con las que te encuentras en otros lados; es absolutamente deliciosa. Siempre que necesito fresas vengo a comprarlas aquí». «La semana que viene vendré a por más para hacer mermelada. Aunque normalmente las como directamente o con un poco de nata, también las uso para hacer una tarta o para echarlas en una ensalada» detallaba la clienta de Es Corondà d’en Cellaràs.

Fresa cultivada en Ibiza, más pequeña y sabrosa. Foto: Toni P.

En este punto, Bertinetti ponía el foco en la fresa desecada, que también ofrece en su puesto: «Muchos chefs utilizan la fresa desecada para las ensaladas, la puedes hacer con un poco de zumo de limón o de naranja», apuntó.

Remolacha

Cati Torres, de Can Raconada y que tiene su huerto en Buscastell, presume de que la calidad de su producto en particular tiene mucho que ver con el agua de es Broll que lo riega. La remolacha que luce en su puesto del mercado también ha sido regada con esa agua. Torres cuenta que la remolacha «ahora está de moda, pero si le preguntas a mi padre, te dirá que la remolacha es comida para los cerdos y para las gallinas. Era otra variedad, la remolacha forrajera, y se les daban las hojas a las gallinas y el tubérculo al cerdo», explicaba Cati Torres.

Una mujer se dispone a comprar una caja de fresones. Foto: Toni P.

Sin embargo, hoy en día se aprovecha todo para el consumo humano, «la hoja se consume de la misma manera que la acelga (hervida), y el tubérculo en ensalada, en zumo o como quieras. Eso sí, hagas lo que hagas». El precio es de tres euros el kilo y la de Can Raconada no pierde la ocasión para recordar lo rica en hierro de este producto en plena temporada. La payesas de Can Funtet, Maribel y Fina, recordaban desde su puesto propiedades de este tubérculo: «Tiene muchos polifenoles, que son un buen antioxidante. Pasa lo mismo con todos los productos que tienen este tono liláceo, tienen polifenoles». «¡Además, la remolacha también sirve como tinte!», añadían con humor las dos payesas.