En la playa urbana de Ses Figueretes fue la única del municipio de Ibiza en la que se pudieron hacer hogueras este año. | Marcelo Sastre

Dice parte de la leyenda que la Nit de Sant Joan es la fecha elegida para conjurar hechizos y ahuyentar los malos espíritus en torno a una hoguera. Durante la nota más corta del año la playa se convierte en un escenario único, con fuegos encendidos, diversión de todo tipo y grupos que esperan que con la llegada del solsticio de verano todo lo que queda del año sea bueno.

Motivos más que suficientes para que cientos de vecinos de distintas partes de la isla se lanzaran a vivir esta noche tan especial con el aliciente añadido de que el año pasado no se pudo celebrar debido a las restricciones impuestas por el coronavirus que obligaron a un gran despliegue de medios para cerrar las playas y que nadie tuviera la tentación de hacer fiesta.

Ayer, 365 días después, el panorama era completamente distinto. Personas de todas las edades, residentes y turistas, se lanzaron de lleno a una noche repleta de diversión que una vez más tuvo a las playas del municipio de Ibiza como principales centros neurálgicos.

Playas de Ibiza

El Ayuntamiento de Ibiza desplegó más de medio centenar de agentes de Policía Local, Nacional y Protección Civil para que todo siguiera su curso razonable y más después del susto de por la tarde con el incendio declarado en la zona de Sant Joan. Además, este año, el Consistorio solo permitió realizar hogueras en la playa de ses Figueretes, repartiendo para ello 100 sacos de astillas y permitiendo que la empresa de limpieza Valoriza hiciera unos 20 agujeros en la arena que se unieron a los que hicieron los numerosos grupos de asistentes.

Precisamente, esta playa urbana fue el punto neurálgico de la gran fiesta de Vila. Desde buena hora de la tarde, a eso de las 18.00 horas, los más pequeños de la familia pudieron disfrutar con una serie de juegos infantiles, talleres de maquillaje y pintura, manualidades para hacer títeres, concursos de dibujos, juegos de retos y un taller de fábulas de Ibiza pensado especialmente para conocer, entre otras cosas, la historia del ser mitológico pitiuso conocido como fameliar.

Además, hubo degustación de los tradicionales macarrons de Sant Joan, que comenzó en torno a las 20.30 horas y que a esa hora, ya cercana a la cena, para muchos fue ideal para descubrir un plato no demasiado conocido e ideal para llenar el estómago ante los conciertos que estaban por venir.

Los primeros en abrir el fuego fue el grupo femenino Poison Ivy y su amplio repertorio de canciones que navegan entre el mejor rock y punk de los años 70, mientras que posteriormente a las 23.30 horas cogió el testigo el dj David Moreno.

Por su parte, en Talamanca no se pudieron hacer hogueras después de que el Ayuntamiento lo prohibiera alegando que «tanto la playa como la zona de ses Feixes son zonas consideradas como una zona forestal».

Algo que, sin embargo, no hizo decrecer el número de asistentes que se acercaron a disfrutar con otra degustación de macarrons de Sant Joan a las 20.30 horas y después con los conciertos de Discóver a las 21.30 horas y de Cristo Corona, en torno a una hora y media después.

Y además, muy cerca de allí, en la pequeña calita de ses Figueres, también hubo fiesta. En este caso, con el grupo Canallas del Guateque de Iván Doménech, Joan Barbé, Jano Blanco y Fernando Hormigo y sus fabulosas versiones de las canciones más conocidas de la historia de la música española.

El IEE, en Puig d’en Valls

Por su parte, la tradicional fiesta que todos los años organiza el Institut d’Estudis Eivissencs (IEE se trasladó este año hasta las inmediaciones del Centro Cultural de Puig d’en Valls.

Como ya es tradición, a partir de las 20.00 horas se organizaron distintas actividades que sirvieron para rendir un homenaje a la tradición pitiusa y a la lengua catalana. Hubo concurso de macarrons de Sant Joan, ball pagès, un concierto de canciones pagesas con Vicent Frit, entrega de los premios del concurso Cançó de Sant Joan 2022 que esta año ha ganado la residente en Formentera Pilar Mena y un concierto de Juanjele, vencedor de la edición del año pasado.

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Finalmente, antes de encender las hogueras, minutos antes de la media noche aparecieron por el lugar los miembros de la colla de Es Mals Esperits i es Esperitrons.

Como en toda Nit de Sant Joan del IEE, el momento más esperado fue la lectura de su tradicional manifiesto en torno a las 22.30 horas.

Tras comenzar felicitando a todos los que celebraban su santo y «acordarse de las minorías citando a los que también celebraban su santo al llamarse Agilbert, Agoard, Farnacio, Goard, Rumold, Simplicio, Teodgar o Teodulfo», recordaron que esta Nit de Sant Joan en los Països Catalans «gira en torno al fuego, siendo una noche llena de creencias y de rituales mágicos, donde se queman las penas, los maleficios y las epidemias, y se piden los mejores deseos para el nuevo año solar en el que entramos».

También hubo momentos para recordar la historia y los logros del propio Institut d’Estudis Eivissencs.

Así, recordaron que fue en 1970 «cuando tomó impulso para ser el firme puntal de la cultura pitiusa que ahora conocemos y convertirse en defensor de tener una lengua plenamente normalizada, una cultura viva y un entorno respetado» y aseguraron que sin ellos «hoy nuestras salinas serían tan sólo un recuerdo, que algunas festividades como esta que hemos revitalizado hace más de cincuenta años no se habrían recuperado, que nuestra lengua catalana estaría menos normalizada, y que la cultura sin duda estaría mucho más empobrecida».

A pesar de ello, aseguraron que aún queda «mucho por hacer ya que algunas de las viejas amenazas persisten y han surgido nuevas». Entre ellas, citaron «un entorno ecológico gravemente amenazado por la globalización, la introducción de serpientes que está dando la vuelta a nuestra pequeña fauna tradicional y que urge a realizar una una ley sobre los productos potencialmente nocivos para nuestro entorno, la presión económica y un territorio cada vez más saturado repleto de grúas y nuevas construcciones».

Otras que, según el Institut sufren amenazas, son el mar, «debido a industrias de muertos ilegales para fondear barcas en Porroig y en otros puntos de la isla que se alquilan destrozando los fondos marinos»; la lengua «que sigue siendo objeto de agresiones desde políticos y legisladores que la ayuda de cómplices locales continúan poniendo obstáculos a su pleno uso»; y la cultura «debido a aquellos profesionales del postureo o influencers a los que no necesitamos para nada porque sólo transmiten al mundo una imagen frívola y superficial de nuestra tierra que no nos hace ningún bien».

Por todo ello, concluyeron su manifiesto recordando «que una lengua normalizada, una cultura viva y una tierra respetada son los puntales de nuestro bienestar presente y futuro, y de esto debemos ser conscientes de ello todos y todas, tanto si somos nacidos aquí como si no».

Santa Eulària

El Ayuntamiento de Santa Eulària se volcó preparando todo tipo de actividades en las distintas localidades del municipio.

En Santa Eulalia la cita arrancó a las 18.00 horas con un divertido paseo en carro desde la Plaza de España hasta la Font d’en Lluna, donde se habían previsto talleres infantiles y juegos tradicionales junto al río hasta las 21.00 horas.

También, a las 20.00 horas los asistentes pudieron disfrutar con ball pagès a cargo de la Colla d’Es Broll, a las 20.30 horas una degustación de macarrons de Sant Joan y coca, y a las 21.00 horas en la Plaza de Isidor Macabich un concierto de Swinging Tonic & The Blue Kids, seguido de otro de Sandy Valey a las 22.30 horas y finalmente el tradicional encendido de las hogueras a las 23.30 horas.

Mientras, en Sant Carles a las 21.30 horas hubo concierto de Aires Formenterencs con Miquel Brunet y a las 23.30 horas el encendido de las hogueras; en Santa Gertrudis concierto de dj Cardona y espectáculo de luces y una actuación de Cris Martos.