Aún no ha entrado plenamente el invierno y ya se pueden ver ‘colas del hambre’ en Cáritas Ibiza. | Daniel Espinosa

El número de usuarios que acuden a Cáritas Ibiza en busca de ayuda ha aumentado en las últimas semanas, a pesar de que en la isla se ha recuperado el turismo y se ha podido mantener durante el verano una intensa actividad económica. La subida se ha notado principalmente en el último mes en el banco de alimentos, según explica el coordinador de la ONG, Gustavo Gómez.

«Este verano ha sido un poco complicado en nuestro centro de día porque han venido muchas personas que habían llegado a la isla buscando un trabajo y se les ha planteado el tema de la vivienda. Después, a partir de septiembre, ha aumentado un poco el tema del reparto de alimentos», reconoce Gómez.

Según sus cálculos, semanalmente Cáritas Ibiza ha pasado de repartir comida de 75 a más de 90 familias.

Gómez recuerda que, una vez acaba la temporada, suele crecer siempre el número de usuarios de la entidad solidaria, aunque en esta ocasión «no lo esperábamos tan pronto viendo que la temporada ha sido buena, viendo que incluso muchas personas de la bolsa de Cáritas han estado trabajando».

El altísimo coste de los alquileres y la generalizada subida de precios han podido provocar esta situación. Por ello, aunque numerosos usuarios están en activo en estos momentos, muchos no han podido hacer frente a sus gastos habituales: «Sabemos que no han podido ahorrar todo lo que ahorraban otros años para pasar un invierno tranquilo. Este año no va a ser así».

Para afrontar estos próximos meses, el coordinador asegura que deben «medir bien» las asistencias y entregas y evitar un posible desabastecimiento de alimentos. En breve, el Consell d´Eivissa activará una subvención con la que Cáritas podrá distribuir entre sus usuarios tarjetas para la adquisición de comida. En función de la demanda, en las próximas semanas no descartan habilitar más días de reparto en la sede ibicenca.

En cuanto al resto de ayudas que la ONG concede y que van destinadas al    pago de facturas como la luz o el agua, Gómez asegura que a lo largo del año la situación no ha cambiado, por lo que siguen asistiendo a muchos ciudadanos que no llegan a final de mes y no pueden abonar los suministros básicos. «Hay ciudadanos que, trabajando la jornada completa, no pueden cubrir todos los gastos», lamenta.

En Cáritas Sant Antoni la situación no es diferente. El director Antonio Mohedas reconoce también que, al ir finalizando la temporada, el número de usuarios va aumentando. Durante el verano han estado atendiendo mensualmente a cerca de 80 personas, incluyendo esta cifra todos los servicios que brinda la ONG. En la actualidad, según Mohedas, la trabajadora social atiende ya al doble de usuarios que se acercan a Cáritas para interesarse por alguna de las prestaciones.

«El principal problema que tenemos en Sant Antoni es el precio de la vivienda y ahora el de la electricidad. Ello provoca que personas con trabajo tengan que recibir nuestra ayuda», lamenta. El director reconoce su preocupación por usuarios sin hogar que deberán afrontar ahora una dura temporada de invierno.

«ntentamos    estar preparados para cualquier necesidad», insiste.

El director explica que en estos momentos el reparto de alimentos en Sant Antoni se lleva a cabo un día a la semana y, en pocas semanas, esta actividad se podría ampliar a «dos o tres» días.