Carlos Errando, ayer en Ibiza minutos antes de la charla con ‘Periódico de Ibiza y Formentera’. | Daniel Espinosa

Carlos Errando llegó al hospital Can Misses desde su plaza fija de Valencia hace dos años tras el concurso de oposición a jefatura de servicio de Anestesia en el hospital público de Ibiza, del que resultó elegido. El martes que viene, día 28 de febrero, dirá adiós a sus dos años de trabajo en Ibiza. Una decisión que, según relata a Periódico de Ibiza y Formentera, ha meditado y en la que confluyen varios motivos.

En este sentido, tiene motivos familiares de peso que le hacen regresar a su lugar de origen, «pero sí que es cierto que hay otros factores que afectan. El tema del gasto en vivienda es muy elevado en Ibiza; el nivel de vida en el día a día también es elevado, pero con el salario que tenemos y los extras, pues salimos adelante».

Otro motivo que le ha llevado a tomar su decisión de regresar a Valencia es «las grandes dificultades que me he encontrado en el servicio de Anestesia para encontrar personal; la precariedad para completar una plantilla que pueda hacer las tareas que el servicio de Anestesia requiere al completo, tanto la anestesia preoperatoria, como el tratamiento del dolor crónico y la reanimación postoperatoria», explica este profesional.

Así, precisa que en estos dos años que ha cumplido como jefe de servicio «la plantilla no ha estado completa en ningún momento. Cuando llegué confluyeron varias circunstancias, como que se jubiló algún compañero y otros que llevaban trabajando aquí varios años se fueron, con lo cual hubo un ‘bajón’, pero luego recuperamos un poquito porque hubo algunas incorporaciones y hemos ido decreciendo poco a poco en número y la cosa está bastante complicada ahora», precisa.

Cabe recordar que desde el Área de Salud pitiusa precisaron a este periódico que actualmente hay siete anestesistas trabajando en Can Misses cuando la plantilla total debería estar formada por 24 profesionales. Errando recuerda que vienen «refuerzos de Palma a cubrir la actividad a la que nosotros no llegamos». Este profesional señala, además, el «inconveniente para los que somos mayores y es que hace tiempo que deberíamos haber dejado de hacer guardias, pero tenemos que seguir haciéndolas para mantener el poder adquisitivo y mantener la estancia en Ibiza».

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Según explica, se dejan de hacer guardias a los 55 años e, incluso, «en algunos hospitales o servicios si tienen suficiente personal se permite que se deje de hacer guardias físicas antes, a los 52 años. En mi caso, tengo 62 años y sigo haciendo guardias como el que más; no es lo que lo lleve mal, pero se van notando las horas, sobre todo las nocturnas y se nota tanto tiempo en el hospital. Que no es un problema solo de Ibiza sino que es generalizado en todo el país, pero aquí empeora por lo justa que es la plantilla», según precisa.

Errando afirma que tuvo «suerte» a la hora de venir a Ibiza y buscar vivienda ya que encontró un alquiler de un apartamento por 1.100 euros: «Tuve suerte porque a través de un conocido que conocía a otra persona me facilitaron el contacto para un alquiler que en principio iba a ser transitorio, pero al final me quedé porque en relación calidad-precio no encontré nada mejor».

Déficit en todo el país

Cabe recordar que desde el Área de Salud pitiusa siempre han señalado que los anestesistas son unos perfiles sanitarios muy específicos y reclamados en todo el país, por lo que suele haber un déficit generalizado. Esta opinión es compartida por Errando, quien señala que su profesión es muy demandada en la medida en que, con los años, han ido cubriendo más áreas- ya que, por ejemplo, exploraciones invasivas o endoscopias antes se hacían sin sedación y desde hace años son con sedación. «Hemos ido ampliando nuestra cobertura. También una parte desconocida es que la mitad de los cuidados intensivos del país la llevan los anestesistas; somos especialistas en intensivos. También llevamos unidades del dolor; somos multidisciplinares y, por ello, más demandados».

Errando señala que «un problema de base» y es que en la década de los 80 hubo un «error de planificación no sólo en Anestesia sino en toda la medicina en general y se empezaron a poner determinados filtros que hizo que fueran disminuyendo el número de profesionales que salían de Medicina. A esto se suma que los que nacimos en los 60 y 70 ahora empezaremos a jubilarnos y todo esto lleva a un déficit generalizado».

Este déficit de anestesistas se ve más, según explica, en hospitales comarcales y periféricos, como es el caso de Can Misses, que suma el añadido de la insularidad y el requisito del catalán, que Errando reconoce que «tampoco ayuda». Sobre qué se podría hacer para captar y fidelizar anestesistas en Can Misses, Errando explica que la equiparación económica del plus de insularidad con Canarias ayudaría, así como establecer un sistema de incentivación como tiene, por ejemplo, el País Vasco.

Gran esfuerzo

El todavía jefe de Anestesia de Can Misses sólo tiene buenas palabras e infinito agradecimiento para sus compañeros de servicio, así como para otros profesionales de otras áreas, como Enfermería. «El servicio de anestesia de Can Misses es excepcional; han colaborado en todo momento para atender a los pacientes y reducir las listas de espera. Hemos trabajado y trabajamos muchísimo y ha salido el trabajo. Mi valoración hacia los profesionales es excelente», concluye Errando.