Marcos Marí (izquierda) y Marc Rahola (derecha), minutos antes de la entrevista con ‘Periódico de Ibiza y Formentera’.

El patronato de Ibiza Preservation cuenta desde el pasado mes de noviembre con dos nuevos miembros, Marcos Marí, vicepresidente del Grupo Insotel y consejero de Trasmapi, y Marc Rahola, CEO y fundador de OD Group. De este modo, con estos dos nombres más que vinculados con Ibiza ya son 10 las personas que integran el patronato de esta fundación: su presidente Philip Muelder, los cofundadores, Serena Cook y William Aitken, además de Frances Llopis, Liam Strong, John Frieda, Al Parker y Jeremy Smith. Rahola y Marí explican a Periódico de Ibiza y Formentera su visión respecto al medio ambiente y el turismo en Ibiza.

¿Cómo decidieron implicarse como patronos en Ibiza Preservation?
—Marcos Marí: Conocí la entidad hace cinco o más años. Antes de que empezáramos con el proyecto del Foro Marino. Desde entonces hemos colaborado en otros proyectos, siempre en el entorno de la preservación de distintos aspectos medioambientales. De alguna manera, ha sido un camino natural en el que nos hemos ido conociendo, como en un noviazgo, para acabar dando el paso final de implicarnos de una manera más formal. También me parece importante que gente como Marc Rahola o yo, empresarios de esta isla, nos impliquemos de manera activa en el trabajo y la agenda tan potentes que tiene Ibiza Preservation.

—Marc Rahola: Para mí, es muy importante poder pasar de las inquietudes en torno a la preservación del Medio Ambiente a la acción. Pasar de preocuparnos a ocuparnos. Eso es lo que permite esta entidad y, de ahí, es de donde nació el Foro Marino. Por eso, en cuanto nos invitaron a participar, sabiendo el trabajo que ha venido haciendo este grupo de gente que ama esta isla, que son visitantes asiduos pero no residentes, durante estos 15 años, no dudamos en involucrarnos. Es importante que la sociedad ibicenca se involucre y conozca la labor de esta entidad, que ya ha puesto en marcha 50 proyectos, la inquietud es la misma para todos.

¿De qué manera contribuyen sus empresas a la sostenibilidad?
—Marcos Marí: Desde el sector marítimo queda mucho por hacer. Hace años que pusimos en marcha el proyecto Be blue para poder comunicar a una gran masa de clientes todo lo que se hace, además de hacer recaudación para distintos proyectos. También hacemos todo lo posible para colaborar en otra iniciativa de Ibiza Preservation, que es Plastic free. Ahora nos queda el gran reto de buscar herramientas reales para que el transporte marítimo tenga menos impacto, más allá del green washing. En el sector de las marinas también queda muchísimo por hacer. El transporte es una necesidad y cualquier tipo de transporte, ya sea marítimo, aéreo o terrestre, tiene un gran impacto. Se trata de minimizar ese impacto. De esta manera, en el sector náutico pienso que hay que valorar más ese impacto que la cantidad. Si hay una cantidad muy grande de barcos que no fondean sobre posidonia, que no contaminan y no emiten residuos, no impactan. Otro punto clave es la educación y comunicación. En este sentido se han hecho una serie de cursos a capitanes de barcos chárter para navegar de una manera más sostenible.

—Marc Rahola: Desde el sector hotelero estamos trabajando distintos procesos. Por una parte, el medioambiental, revisando y mejorando todos los procesos, por el que ya nos han reconocido con una estrella Plastic Free en nuestro hotel Ocean Drive y con un premio medioambiental por nuestros hoteles urbanos en Madrid y Barcelona por eficiencia energética. El hecho de los problemas logísticos de ser una isla no debe ser una excusa a la hora de abordar temas como el del plástico cero. Por otro lado, nuestro hotel OD Talamanca ha sido el primero de Baleares en utilizar geotermia en todo su sistema de aire acondicionado y de cámaras frigoríficas. También revisamos continuamente a nuestros proveedores. En este sentido uno de ellos, David Reartes, ha conseguido hacer un plan de trabajo en el que, a pequeña escala, ya ha logrado los retos de la agenda 20-30 en el 2022. Sin embargo hay un aspecto más, se trata de la parte social y cultural. Si quieres tener un impacto sobre el medio ambiente hay que facilitar el acceso a la cultura y a la formación de la población. Desde ese punto de vista, tenemos distintas iniciativas culturales, como los premios artísticos que organizamos con una carga cultural muy potente o exposiciones como la de Antonio Villanueva sobre la posidonia. Regalamos una litografía de esa exposición a todos los colegios públicos de Baleares. También nos miramos mucho el tema de nuestros proveedores, no solo por el tema del Km0, que también, sino porque hay que hacer comunidad. Los hoteles tienen que volver a ser esos centros sociales de toda la vida, como en las películas del oeste, que cuando entra el forastero todo el pueblo, que está allí, calla y le mira. Los hoteles se han convertido en una prisión de oro solo para clientes.

¿Qué momento vive Ibiza en cuanto a sostenibilidad?
—Marcos Marí: Ibiza y Formentera están viviendo el momento perfecto para liderar un proceso de desarrollo pionero en este sentido. Tenemos una posición privilegiada para ser un referente en sostenibilidad turística a nivel mundial. Vivimos un momento en el que el consumidor de cualquier producto tiene cada vez más en cuenta el impacto ambiental. Pronto se va a mirar tanto la puntuación en Tripadvisor como el impacto ambiental. Sin embargo, no solo se trata de hablar solo de inversión privada. Si las empresas se tienen que endeudar y perder dinero para ser sostenibles van a tener que cerrar. El sector público debe acompañar, no se puede hablar de sostenibilidad cuando estás vertiendo toneladas de agua de las depuradoras al mar. Está claro que queda mucho por hacer, pero se trata de mejorar todo lo que tenemos y se pueden hacer muchas cosas.

—Marc Rahola: Así es. Se pueden hacer muchas cosas. Sin ir más lejos, nosotros hemos sido impulsores de la feria de arte CAN, en la que han participado galerías de prestigio internacional, que responde a la parte cultural de la que estábamos hablando. Ibiza está viviendo una revolución cultural muy fuerte y esta feria puede convertirse en una de las grandes ferias de arte.

—Hay un debate sobre la masificación en la isla de Ibiza. ¿Consideran que está masificada?
—Marcos Marí: Está claro que la isla tiene momentos en los que está al límite de su capacidad. Pero considero que hay que ser más científicos y estrictos a la hora de tener los datos para poder abordar el debate y saber dónde está exactamente el problema. Regularlo tiene su complejidad y yo insisto en valorar el impacto sobre la cantidad. Una red de transporte público eficiente o de coches de alquiler eléctricos, por ejemplo, ayudaría a minimizar ese impacto ambiental. Tampoco hay que perder de vista la oferta ilegal, sin la cual no creo que hubiera debate sobre la masificación.

—Marc Rahola: Lo que está masificado es el mundo. Eso es un debate muy profundo. Si hablamos de la convivencia entre lo turístico y lo residencial, se rompió con la aceptación de las residencias turísticas. Que con cualquier plataforma digital se pueda usar cualquier residencia turística es un problema. Y eso hablando solo de la parte legal. Antes de eso había un marco muy claro. Por un lado estaba la parte turística y hotelera y, por otro, la residencial. De alguna manera estaba todo ordenado; había zonas que se sabían ruidosas o problemáticas por el turismo donde la policía sabía que debía tener en cuenta, pero y esta situación lo ha descolocado y atomizado todo. Ahora no hay manera de velar por que se cumplan las normas, como se puede ver en las continuas raves que se organizan en los chalets. Está bien que haya normativas y que se endurezcan, pero me preocupa la incapacidad de hacer que se cumplan. Esto lo único que favorece es la oferta ilegal, que, además, lleva al grave problema que hay en Ibiza con la vivienda. Mientras los hoteles estamos ultra regulados y ultra controlados en todos y cada uno de los aspectos, esto no pasa en las viviendas turísticas. El marco de la masificación no es el hotelero; hay otra estructura que genera esa masificación. Por nuestra parte, en nuestros hoteles hemos reducido el número de habitaciones.

¿Hacia dónde consideran que deberían dirigirse las políticas relacionadas con la sostenibilidad?
—Marcos Marí: Si hay una oferta ilegal que no está regulada, a lo mejor la solución es regularla. Lo fácil es poner un cupo o prohibir, pero yo soy más partidario de regular. Lo mismo con la limitación de la entrada de coches a Formentera. De alguna manera se está haciendo una discriminación que no se entiende cuando un coche moderno y eficiente no puede ir a Formentera y un coche destartalado de hace 20 años, sí.

—Marc Rahola: Pienso que estamos a tiempo de aprovechar la oportunidad de dotar a todos los edificios públicos con un programa de sostenibilidad. El impacto sería enorme y hay fondos europeos. Me da igual si hablamos de Juzgados, que son del Ministerio de Justicia, de aeropuertos que son de Aena o del Consell. Hablamos de unas medidas más que eficientes, que son factibles y reales; nosotros las incorporamos a nuestros hoteles y que ayudaría a Ibiza a estar a la vanguardia. Otro tema son las infraestructuras, como la depuradora de Ibiza, el transporte público o el Parador, que parece que no se acaban nunca.

El Consell trabaja en la limitación de coches en Ibiza, de la misma manera que, tal como decía el señor Marí, lo hizo Formentera. ¿Cuál es su opinión al respecto?
—Marcos Marí: Vuelvo a lo mismo. Hay que valorar el impacto ambiental sobre la cantidad, no hay que poner la misma limitación a un coche eléctrico que a uno con emisiones. Políticamente es más fácil poner limitaciones al número de coches, sin saber si el problema es del número de coches que vienen o del número de coches que tenemos aquí los residentes. Hay que analizarlo con datos antes de tomar decisiones. Hay que ir más allá de los titulares y hacer un plan de movilidad efectivo. Un sistema de transporte público y un plan de movilidad bien resuelto.

—Marc Rahola: El número de coches que hay en la isla obedece a una necesidad del público que hay. Si tienes tanto público que ha venido a una oferta ilegal, eso genera un gran número de coches. Pienso que hay que hacer un plan bien estudiado. Cuando tocas una cosa acaba repercutiendo en sectores no esperados, por eso considero que debe haber un debate al respecto

El residente en las Pitiusas, ¿está concienciado con el cuidado del medio ambiente?
—Marcos Marí: No tengo ni la menor duda. Cualquier residente desde hace años se escandaliza, por ejemplo, con el impacto de los vertidos fecales en una playa. Estoy convencido de que hay voluntad de hacer cosas, lo que pasa es que no sabemos cómo hacerlas. Aquí es donde entra el modelo de Ibiza Preservation de ir todos a una.

—Marc Rahola: Yo creo que sí. Solo hay que ver el Foro Marino; allí participa una cantidad enorme de chavales que, a medida que pasa el tiempo ya no son tan chavales y los que vinieron a las primeras ediciones con 16 o 18 años, ya tienen más de 20. Si hablamos de generaciones con más edad, tal vez sí que son más impermeables ante estos asuntos. No obstante, creo que también, poco a poco se van concienciando.

Se habla de una temporada de récord, ¿qué previsiones manejan desde sus empresas?
—Marcos Marí: Así es, ya se habla de un año de récord. Esto hay que tomárselo como una oportunidad para invertir y hacer mejoras en cuanto a sostenibilidad.

—Marc Rahola (M.R.): Las previsiones son muy buenas. Ibiza vive un momento turístico dulce, pero tras los momentos dulces salen los detalles que no están bien ajustados, que son los que generan los problemas que tendrás cuando venga una bajada. El éxito enmascara los pilares del próximo fracaso. Hay que saber aprovechar este momento dulce.

Para terminar, ¿qué mensaje mandan tanto al turista que visita Ibiza como al residente?
—Marcos Mar: El mensaje obvio es ‘ven y respeta’, aunque estoy convencido de que este mensaje ya está más que interiorizado. Al residente, lo que le diría sería ‘pon de tu parte’ o ‘no solo preocúpate: ocúpate’. Eso es lo que nos toca.

—Marc Rahola: Por mi parte, el mensaje giraría entorno al conocimiento y la información. Explicar que una hectárea de posidonia captura tanto CO2 como la selva amazónica a quién no lo sabe es útil y te lo agradecen. El turista antes venía a por sol y playa; ahora está hambriento de conocimiento. Quieren saber de nuestra historia, costumbres, gastronomía… es misión del residente conocer y ser embajador de su isla para generar una simbiosis con el turista.