Hugo Alejandro y su mujer con sus cinco hijos, de los que cuatro tienen fibrosis quística. | Daniel Espinosa

Hugo Alejandro Prudencio no da crédito: lleva más de 15 años esperando una vivienda del Ibavi y no entiende por qué, teniendo cuatro hijos con fibrosis quística, ese piso nunca llega. Lo peor es que, si nada cambia, su familia podría ser desahuciada de su residencia actual el próximo 29 de julio.

A pesar de dirigirse en multitud de ocasiones al Ibavi, y de que incluso la expresidenta balear Francina Armengol le prometiera una solución, todo continúa igual para esta familia de origen argentino residente desde hace muchos años en Ibiza.

Fontanero de profesión, Hugo reconoce no entender «que estén dando pisos a gente, y me alegro por ellos, pero creo que estamos nosotros más necesitados. Entregan pisos y a nosotros, nada. He hablado con un montón de gente y nadie me contesta».

Su mujer en estos momentos se dedica al cuidado de sus hijos, cinco en total de entre 17 años y cuatro meses de edad. Por tanto, los ingresos de esta familia son limitados.

En cuanto a la situación de los cuatro hijos aquejados por fibrosis quística, Hugo explica que ellos pueden hacer una vida normal, aunque deben evitar determinados riesgos como contagiarse de un catarro.
Según denuncia este vecino de Sant Antoni, para conseguir cita en el Ibavi tuvo que esperar meses y meses y, una vez en la oficina, «nadie sabía nada y sólo me decían que todo lo lleva Palma».
En su día, llegó a estar en tercera posición de entre más de 2.000 personas en las listas del Ibavi. Sin saber los motivos, ahora se encuentra en el séptimo lugar. «Hace semanas entregaron pisos y yo me había hecho la ilusión de que uno de ellos era para nosotros. Una vez hablamos con Francina Armengol y nos prometió un piso. Después, nunca más se supo», lamenta Hugo.

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Para más inri, el propietario de la vivienda en la que reside esta familia desde hace más de dos años quiere echarlos de la casa, según él, por falta de pago. Hugo Alejandro afirma que, al dar a luz su mujer en esta última ocasión, y tras tramitarse la baja laboral, tuvo que esperar casi tres meses para percibir la nómina. Ello hizo que, efectivamente, se retrasaran algunos pagos, aunque el propietario asegura que desde septiembre no cobra el alquiler, lo cual es falso, según Hugo Alejandro.

La familia cree que la intención de esta persona es echarlos a toda costa puesto que, en la denuncia, llega a manifestar que sólo vive de este alquiler, algo que tampoco es cierto, según la versión de Hugo.
«Ya lo he intentado todo. El proceso está frenado porque tenemos un abogado de oficio, pero no sé lo que puede pasar», relata también.

Debido a la problemática de la vivienda en la isla, Hugo, su mujer y sus hijos ya trataron de mudarse a Valencia hace unos años, aunque la cosa no resultó del todo bien. También han estudiado la posibilidad de trasladarse a otras ciudades. En estos meses han tenido que recurrir a entidades como Cáritas.
Precisamente, en el año 2016 esta familia denunciaba en Periódico de Ibiza y Formentera las dificultades que estaban atravesando para poder seguir viviendo en la isla. Ella señaló que nunca hubiera imaginado que por un piso en alquiler le iban a pedir más de 1.000 euros. Casi una década después, sin duda la situación es mucho peor.

En aquel lejano 2016 Romina ya explicaba cómo estaban en las listas de espera del Ibavi, entidad que ya les denegó un piso de tres habitaciones hace varios años. Entonces, ella se propuso acudir al Consell para pedir ayuda.

«No pido que nos regalen nada, sino que se den más facilidades para que la gente pueda acceder a la vivienda. Necesito tener una vivienda para mis hijos», señaló esta familia hace siete años.