Imagen de archivo de la residencia para mayores Can Blai, dependiente del Ejecutivo autonómico.

Desde hace semanas, tanto los usuarios como los trabajadores del centro están sufriendo los rigores del verano sin aire acondicionado.

Según el testimonio de un profesional que prefiere mantener su anonimato, «los mayores no están mal cuidados en Can Blai», aunque existen ciertos aspectos muy importantes a mejorar y, sin duda, que los ancianos estén cómodos y tranquilos en sus habitaciones es lo principal.

Este trabajador asegura que en la planta baja hay «un poco» de aire acondicionado, pero no sucede lo mismo en las zonas donde se encuentran las habitaciones. El motivo es una avería en los sistemas de climatización repartidos por los pisos superiores «y cada verano es lo mismo. Nos dicen que lo van a arreglar, pero seguramente llegará el próximo verano y todo seguirá igual» «Un ventilador en un pasillo no hace nada. Al entrar en las habitaciones, aquello es un horno», critica.

Según dice, algunas familias han acercado a la residencia aparatos portátiles de aire fresco para garantizar el bienestar de sus mayores. «Afortunadamente, a ninguno le ha dado un golpe de calor, pero hubo unos días en que la situación era tan insoportable que muchos sentían náuseas y era precisamente por las elevadas temperaturas», lamenta.

Sin médico

Otro problema actual en la residencia es la marcha del médico que estaba en plantilla, por lo que «si llega a pasar algo, directamente se llama al 061».

La falta de personal provoca que los auxiliares que trabajan en el centro «estén reventados, con turnos de hasta 12 horas». De hecho, el trabajador explica que lo normal es que haya cuatro auxiliares en los turnos de mañana y tarde y dos durante la noche. Ahora mismo, según asegura, algunos turnos de mañana o tarde sólo están cubiertos por dos auxiliares, con lo que es muy complicado dar de comer, cambiar o mover a tantos usuarios.

La consecuencia es que «los pocos que estamos, aguantamos unos días y acabamos dándonos de baja porque no puedes con la espalda», insiste, recordando que la falta de personal es un problema que se repite todos los veranos, aunque en esta ocasión se ha agudizado. «Los que pueden se van a Can Misses porque esto es un matadero para nosotros», reitera.

En relación a la comida, y tras la denuncia difundida por este medio que evidenciaba su mala calidad, este trabajador considera que nada ha mejorado. «Los residentes que pueden hablar dicen que es una porquería. Directamente, hay abuelos que la escupen», lamenta también esta persona, asegurando que muchos usuarios se quedan sin comer o cenar por esta razón.

Este profesional cree que, tras la queja publicada, se intentó «maquillar» la situación para tranquilizar a las familias y se organizó una especie de degustación para ellas. «Ese día el menú pudo estar bien», considera.

«Los mayores están pagando por estar bien en un sitio, así que, por lo menos, que no sufran estas olas de calor», puntualiza también este trabajador de Can Blai, recordando que el problema de altas temperaturas no es algo nuevo en el centro.

Cabe recordar que a finales de mayo trabajadores de la residencia denunciaron que algunos internos habían encontrado en una compota de frutas «varias fibras plásticas de gran tamaño, hasta cuatro centímetros» y que en platos de pescado repartidos por todas las plantas había raspas y espinas. La reclamación fue registrada ante la Fundación de Atención y Soporte por uno de los sanitarios contratados. Con esta acción quiso evidenciar la «pésima calidad» de los alimentos que recibían los usuarios.

La respuesta

Desde la Conselleria de Asuntos Sociales del Govern balear reconocieron ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que en la residencia existe ahora mismo una parte del edificio con la climatización estropeada. Según reiteraron, el proyecto de reparación y su presupuesto están ya aprobados, por lo que la incidencia está en vías de solucionarse. «Faltaba una pieza de la que no había stock y está pedida, por lo que se está pendiente de su llegada, aunque en el mes de agosto suele ser algo más complicado», puntualizaron.

De manera temporal, y para aliviar las altísimas temperaturas de estos días, desde el Govern explicaron que se están repartiendo por el centro ventiladores y aires acondicionados portátiles. Al mismo tiempo, se realizan mediciones de la temperatura y de la humedad en distintas zonas del edificio para priorizar las actuaciones en los lugares más calurosos.

En relación a la falta de personal, Asuntos Sociales garantizó que en la residencia de Can Blai se trabaja según las ratios establecidas, «aunque puede haber en verano algún momento en el que falte algún trabajador».«No se trabaja por debajo de la ratio», insistieron, recordando además que la posibilidad de doblar turnos siempre es algo voluntario y remunerado y que nunca los trabajadores están obligados a ello.