Imagen de archivo de una multitudinaria fiesta ilegal en una vivienda en el campo.

Las fiestas ilegales vuelven con fuerza a las Pitiusas. Según la Asociación de Viviendas Turísticas de Ibiza (AVAT), este mes de agosto se vivió un repunte en el número de estas celebraciones registradas. Se trata de eventos con gran organización que reúnen a los invitados a través de aplicaciones y pueden llegar a remodelar los inmuebles para habilitar la música y un aumento del aforo. «A finales de agosto hemos comprobado que, como las discotecas están llenas, hay gente que busca formas de conseguir ingresos mediante la organización de nuevo de estas fiestas», explica Roberto San Esteban, presidente de AVAT.

La patronal afirma que estas últimas semanas se han detectado cinco fiestas ilegales en viviendas vacacionales. San Esteban recuerda que fue al inicio de la pandemia y hace dos años cuando proliferaron estas fiestas ilegales en Ibiza. «Luego se descubrió», indica, «que la mayor parte de las fiestas eran en casas no turísticas, normales, que se alquilan todo el año y en verano se dedican a realizar estas actividades». Según el presidente de AVAT, en esos momentos había pocas viviendas vacacionales que se vieran afectadas y los fondos del Consell dedicados a combatir las fiestas ilegales funcionaron «relativamente bien». Sin embargo, este dinero dejó de llegar tras haber pasado un 2022 tranquilo en este aspecto.

«Muy bien organizadas»
La AVAT señala que las fiestas están «muy bien organizadas». Los inmuebles pueden sufrir cambios en su inmobiliario con la insonorización de interiores o la instalación de aires acondicionados. Los organizadores también preparan servicios especiales con vehículos, a modo de taxi, para conseguir traer a los invitados. Asimismo, equipan la villa con equipos de música y realizan grandes compras de comida. Para conseguir a su público, los organizadores se hacen valer de «maneras muy prácticas» utilizando aplicaciones especializadas en este tipo de eventos o el propio sistema Bizum de pago por móvil.

Este mes de agosto, la patronal ha advertido un aumento en número de fiestas celebradas. La mayoría han tenido lugar en «casas ilegales» que se alquilan todo el año pero que cuentan con personas que organizan estas fiestas, según San Esteban. «También ha habido varios casos de viviendas turísticas alquiladas con este propósito. Nuestra ventaja es que los propietarios y comercializadores de estas villas turísticas se han enterado de las actividades ilícitas al reconocer sus casas en fotos», afirma el presidente de AVAT.

Una vez se reconocen las viviendas vacacionales en las que se organizan estas fiestas, la intención de los propietarios y comercializadores es de frenarlas. Para ello, la AVAT explica que se toman acciones como la colocación de vehículos en las entradas de las casas o la contratación de seguridad privada que vigile el acceso. «Somos conscientes que en el resto de las viviendas se han continuado haciendo independientemente de las quejas de los vecinos o de personas que las denuncien», explica San Esteban.

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Estas medidas corren a cargo de los propietarios. Por norma general, las fiestas suelen provocar destrozos en los inmuebles, según indica San Esteban. «Al tratarse de viviendas vacacionales, al día siguiente puede ser que entren otros turistas y se encuentren con la casa en mal estado», continúa. Es por ello por lo que a propietarios o comercializadores les compensa pagar por esa seguridad que impida este tipo de actos.

Medidas urgentes
Ante el reciente aumento de fiestas registradas, la patronal reafirma sus reclamaciones al Consell d’Eivissa. Una de sus quejas es que los propietarios sigan considerándose los responsables de estas actividades: «Hemos vuelto a proponer que cuando haya una denuncia por ruido, fiesta o potencial fiesta, que la Policía Local avise al Consell de cuál es la casa, viendo si es vivienda turística legal. Si lo es, avisar al propietario y así bloquear inmediatamente los depósitos de precaución y denunciar a los clientes como tal, para que la multa caiga sobre los clientes y no los propietarios».

La propuesta ya fue presentada hace dos años, pero tras la práctica desaparición de estas fiestas el verano pasado, se quedó paralizada. Ahora, la patronal pretende que se retomen sus quejas y se apruebe. «La mayor parte de los propietarios no son conscientes de que hay un cliente que les está montando una fiesta. No vemos lógico que tenga que pagar las multas él», expresa San Esteban. Las viviendas vacacionales no han recibido ninguna multa por estas situaciones en lo que va de año, si bien es cierto que, como recuerda el presidente de AVAT, el trámite de las denuncias puede ser lento.

La AVAT pretende evitar que se celebren fiestas ilegales mediante la implementación de nuevas herramientas que serán presentadas en sus congresos de los días 19 y 20 de octubre. «Una de ellas es una aplicación que se instala en las casas y detecta cuando los sonidos o la música superan los 65dB, que es el máximo marcado por los municipios. También detecta en momentos determinados los grados de ocupación o incluso el humo si se trata de inmuebles libres de tabaco».

«Ahora mismo hay controversia tanto por las autoridades del Govern como por los hoteleros que dice que el culpable de la masificación en el campo y la enorme cantidad de vehículos se debe a la vivienda turística. Evidentemente, no lo consideramos como tal», afirma San Esteban. La imagen que dan las fiestas ilegales, sin embargo, continúa afectando negativamente. Desde AVAT explican que van en contra no solo de las viviendas turísticas sino también de la isla en sí.