Imagen del almacén encontrado por el actual gobierno municipal donde se ha encontrado material que ya no puede utilizarse. | Irene Arango

A medida que el nuevo gobierno de Vila va revisando las instalaciones y dependencias municipales no deja de llevarse sorpresas. Es lo que ha sucedido esta semana en sa Coma, donde el alcalde, el popular Rafa Triguero, y el concejal Manu Jiménez, responsable de Protección Animal, han descubierto que el Consistorio posee un almacén que se encuentra en «un estado total de abandono». Así lo ha expresado Jiménez en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera: «Las instalaciones están totalmente abandonadas, sin mantenimiento de ningún tipo ni limpieza».

Sin embargo, no es esto lo que más ha sorprendido a Triguero y Jiménez. «El problema», ha relatado el edil, «es que en ese almacén hay un montón de mobiliario urbano y de material que se podía haber aprovechado y que se ha ido deteriorando por ese mismo abandono». Así, en estas instalaciones han encontrado, por ejemplo, numerosas farolas «que podrían haberse utilizado en lugar de dejar que se estropearan». «Es un sitio que lleva tiempo sin mantenimiento de ningún tipo», ha lamentado el concejal, «hay maleza por todas partes, no se ha hecho ni mantenimiento, ni limpieza… Está lleno de material que se podía haber utilizado pero que se ha dejado perder».

El Consistorio estudiará ahora cómo recuperar este espacio porque, ha recordado el edil, la ciudad «tiene pocos lugares para almacenamiento». «Necesitamos que estos espacios estén en buen estado y listos para su utilización», ha añadido Jiménez, «ahora se utiliza sobre todo el almacén que tenemos en la zona de es Gorg, pero queremos recuperar también este almacén y, una vez que esto esté hecho, decidiremos qué uso podemos darle».

La situación de este almacén de sa Coma es muy similar a la del centro artesanal de sa Pedrera. A las pocas semanas de comenzar a gobernar, el equipo de Triguero descubrió que lo que tenía que ser un centro artesanal con actividades incluso abiertas al público se había convertido en un almacén de material de obra y maquinaria por decisión del anterior gobierno municipal, el del socialista Rafa Ruiz. Es más, este cambio de uso afectó a los artesanos que habían estado varios años utilizando estas instalaciones cuya construcción, en el barrio de sa Penya, había costado 900.000 euros, financiado por la UE, el Govern y el Consorcio Ibiza Patrimonio de la Humanidad.

Vila logró desalojar a las dos empresas que habían utilizado sa Pedrera como almacén el pasado mes de agosto y en estos momentos estudia qué uso puede dar a este espacio. Según explicó el concejal de Urbanismo, Juan Flores, días después del desalojo, el Consistorio debe valorar ahora «cuál es el mejor uso» teniendo en cuenta el objetivo de «optimizar los espacios municipales y redistribuirlos de una forma más eficaz».