Los funcionarios de prisiones de Ibiza, a través del sindicato Tu abandono me puede matar y ante los sucesos del pasado lunes del asalto armado al furgón policial y el enfrentamiento entre un ángel del infierno y policías alemanes en el aeropuerto quieren visibilizar a lo que se enfrentan cada día en su trabajo. «Es como con Igor el Ruso. Queda muy bonito ver cómo llega a la prisión escoltado por ocho guardias civiles como castillos, pero después se lo entregan en la entrada a dos funcionarios, un hombre y una mujer, armados únicamente con un bolígrafo».

«La gente no ve lo que pasa dentro de la prisión, donde hay personas realmente peligrosas que si un día quieren hacer algo lo conseguirán porque no tenemos los medios suficientes para contenerles», relata uno de los portavoces del sindicato. Su compañero incide en que cada vez son más los delincuentes pertenecientes a bandas criminales que acaban en la prisión de la isla. «Lo normal es estar un funcionario igual con 40 o 50 internos. No todos serán peligrosos, pero siete u ocho sí», recuerda.

Estampa habitual
Esta es una estampa habitual en el Centro Penitenciario de Ibiza. Según comentan, la cifra de internos bajó enormemente durante la pandemia, pero desde entonces habrá aumentado «cerca de un 200%» la ocupación de la prisión. Dentro de la prisión no hay presencia policial, ni de la Guardia Civil ni de ninguna empresa de vigilancia, lo que deja solos a los funcionarios en los módulos: «No llevamos ningún tipo de protección, como es lógico, ni tampoco armas porque podrían quitárnoslas. Solo bolígrafos para hacer partes».

Las agresiones a este colectivo son numerosas: en el conjunto de España hay más de una agresión grave al día. Ibiza no es una excepción y en los últimos meses han tenido que coger la baja tres personas por lesiones. «Yo mismo estuve 15 días», comenta uno de los funcionarios, «porque un interno vino a agredirme y al parar el golpe casi me rompe la mano».

Las bajas provocadas por las agresiones se juntan al concurso de traslados. Hace dos semanas se marchó la mitad de la plantilla, unas veinte personas, y hasta dentro de unos doce días no llegarán los nuevos. «Esto ocurre cada año», relatan desde Tu abandono me puede matar, «se nos va media plantilla porque no pueden soportar los precios». Esto no solo provoca que un mes al año el personal sea más que insuficiente, sino también una inestabilidad en el personal que disminuye la calidad de los servicios.

«Los que llegan son novatos», indica uno de los portavoces, «cada año invertimos tiempo en enseñarles para que a los doce meses se marchen». El sindicato explica que Ibiza es la última plaza a la que se opta, quedando por detrás de todos los demás destinos del país. «La gente paga un dineral por venir a la isla de vacaciones pero nadie puede permitirse trabajar aquí. Necesitamos una insularidad digna».

Ese es uno de los pilares por los que lucha el sindicato en Baleares, presente dentro de la plataforma Insularidad Digna. «Ya son dos los compañeros que vivían en furgonetas», se queja un portavoz. Su compañero indica que «esos 300 o 400 euros más de plus marcarían una enorme diferencia y conseguiría que las condiciones mejorasen y las plantillas se estabilizaran». Por poner un ejemplo, si se comparase a dos funcionarios de prisiones con el mismo cargo, uno en Lanzarote y otro en Ibiza, el de Canarias cobra 250 euros más. «Encima el coste de vida allí es mucho más barato», destacan.

A toda esta problemática se suma la falta de personal médico. La prisión, según explican, acaba de estar sin médico porque solo hay uno en la plantilla que deja un vacío al irse de vacaciones. «Si hay algo muy urgente habría que llamar a Can Misses. De hecho, la semana pasado llamamos dos o tres veces», indica un portavoz. En estos casos, las enfermeras asumen funciones que no son las suyas, «lo que influye en la salud de los internos y les hace más nerviosos e irascibles».

«Ahora mismo, que un interno nos pegue es como si un tío le mete una torta a otro en la calle: se pone una multa que en muchos casos no pueden pagar y al final les sale gratis», explican. Esto se debe a que los funcionarios de prisiones no son considerados agentes de la autoridad a diferencia de otros colectivos como el profesorado. El sindicato se queja de que la propuesta de ley para concederles autoridad «lleva más de un año posponiéndose y eso que no costaría nada del presupuesto».

Si los funcionarios de prisiones fuesen considerados agentes de la autoridad, «los internos se lo pensarían dos veces antes de agredir» porque esa violencia se juzgaría como atentado. Esto significa que el delito aumentaría, pudiendo tener consecuencias penales. Actualmente se les castiga, por ejemplo, sin dejarles salir de la celda por la tarde, algo que «algunos presos prefieren, sobre todo en invierno».

Aparte de su lucha por un plus de insularidad «que se ajuste a la realidad de la isla», Tu abandono me puede matar reclama, a nivel estatal, la equiparación salarial con los funcionarios de los Centros Penitenciarios de Cataluña, que tiene las competencias transferidas, y un sector propio. «Nosotros, a diferencia de la Policía o la Guardia Civil, pertenecemos a la AGE (Administración General del Estado) donde se juntan Hacienda, Juzgados, Tráfico… En una oficina de Tráfico no ves agresiones, peleas multitudinarias, suicidios o bandas armadas como sí vemos nosotros», explican.

Por último, ambos portavoces quieren recordar «lo peligroso» que puede resultar su trabajo si no se cuenta con los medios adecuados: «Hay casos muy significativos como el Violador del ascensor, el Asesino de la baraja, el Chicle… Personas que durante un tiempo están en el foco mediático, pero que al entrar en prisión la sociedad se olvida de ellos. A estos les sufrimos diariamente, hay trabajadores públicos que estamos con ellos todo el día», según concluyen.