Sara, intentando pedir justicia por su hija.

Desde hace días Sara acude a los juzgados de Ibiza, cartel en mano, para denunciar la injusticia que sufre su hija y exigir soluciones. Su pequeña, de seis años y nacida en España, no tiene NIE ni pasaporte y lo peor de todo es que para conseguir estos documentos es necesaria la autorización del padre, un hombre sobre el que pesa una orden de alejamiento, así como varias denuncias por violencia de género.

«Él se ha negado a través de la vía jurídica. En mayo tuvimos un juicio, aunque fue suspendido porque la videoconferencia fallaba, pero él nos mandó después un papel negándose a colaborar en la solicitud de los documentos», explica esta mujer a Periódico de Ibiza y Formentera.

Sara cree que el único interés de esta persona al actuar así es «fastidiar» y provocar más daño del que ya ha causado. Tras conocer que con una orden judicial se podría resolver la situación de su hija, esta madre solicita ayuda de manera urgente.

Según explica, el hecho de no tener NIE o pasaporte perjudica a la menor. Entre otras cosas, como alumna de una escuela de danza de Ibiza, no puede viajar con sus compañeras para acudir a festivales o concursos. Tampoco puede desplazarse al país de origen de su madre -Rumanía- para visitar a su familia.

Sara recuerda que, como rumanos, es necesario que los dos progenitores realicen los trámites de la pequeña en la embajada de su país. «Estoy muy cansada. Llevo más de 12 denuncias y todo va muy lento. Pido que, al menos, mi hija pueda resolver sus papeles sin necesidad de contar con el padre», insiste.

Pesadilla

Sara relata la pesadilla que ha vivido junto a este hombre, por lo que no entiende que, a pesar de las denuncias por violencia de género, deba depender de él para conseguir que su hija pueda viajar a Rumanía.

«Necesito una solución rápida y eficiente, llevo esperando muchos años», insiste.

En caso de viajar a otras ciudades españolas, la pequeña no puede tampoco optar al descuento por residente. Según añade, el padre de la niña «ni la ve, ni le paga la pensión de alimentos de 240 euros».

Amenazas de muerte delante de la niña, agresiones físicas durante el embarazo o incluso matar a la mascota de la familia delante de la pequeña, son algunos de los hechos denunciados por esta madre que todavía está a la espera de juicio.

Después de residir en Madrid y mudarse a Ibiza, Sara y su hija permanecieron varios meses en una casa de acogida de la Oficina de la Dona. Lejos de su agresor, pretenden comenzar una nueva vida.

«Llevo cuatro días acudiendo a las puertas de los juzgados. Voy a ir hasta que me den una solución», reitera.