Humo y fogatas por los derechos humanos de los migrantes.

Según datos de Cruz Roja, entre enero y noviembre de 2023 un total de 1.700 personas llegaron en patera a algún punto de Baleares. De esta cifra, 454 migrantes desembarcaron en Ibiza y Formentera y, de ellos, 66 eran menores. Además, en Ibiza han sido atendidos 161 solicitantes de asilo político. A todos estos números, se suma otro todavía más escalofriante: más de 2.500 personas fallecieron en 2023 en el Mediterráneo tratando de buscar una vida mejor.
Con el fin de visibilizar este drama humano y social, Ibiza se sumó ayer al encendido de torres y atalayas en favor de los derechos humanos que se llevó a cabo en diferentes países. Desafiando el fuerte viento que soplaba en la zona de Dalt Vila, representantes del Ayuntamiento de Ibiza y de entidades solidarias se congregaron en el baluarte de Sant Bernat para leer un manifiesto y encender una bengala de humo.

Desde el Consistorio de Vila, la concejala Carmen Domínguez destacó durante la lectura que, ahora más que nunca, «debemos cultivar al máximo el espíritu de resistencia para no perder nuestra humanidad, aquella que nos empuja a la generosidad, a la solidaridad, al compromiso». En el escrito, se animaba además a pensar «qué tipo de vida tendríamos si hubiéramos nacido en Senegal, Argelia, Siria o en Marruecos».

También Lola Penín, concejala de Bienestar Social en Ibiza, recordó que la iniciativa estaba incluida en la campaña ‘Contra el racismo y la xenofobia, ¡Actuamos!’, impulsada por entidades como el Fons Pitiús de Cooperació, Cáritas, Cruz Roja, Metges del Món y la Fundació Deixalles. Su objetivo, según explicó Penín, es evidenciar que «todas las personas tienen los mismos derechos, vengan de donde vengan».
«Cualquier persona que abandona su país es porque allí no encuentra la situación que deberíamos tener todos», insistió Penín, quien defendió un cambio en las políticas migratorias para evitar más muertes en el mar.

Fina Darder, desde el Fons Pitiús de Cooperació, señaló que el acto simbólico celebrado ayer era un «toque de atención» para que se respeten los derechos humanos y se apueste por «la mejor de las convivencias» con aquellas personas que se ven forzadas a dejar sus países en busca de una vida mejor. «Se lanzan al mar con una incertidumbre absoluta. Desconocen si llegarán o no. Al final, en Ibiza y Formentera están desembarcando cada vez más pateras», puntualizó.

Encendido

La iniciativa se repitió de manera simultánea en seis puntos de las Pitiusas: baluarte de Sant Bernat, Torre de sa Sal Rossa, Torre de ses Portes, Far de ses Coves Blanques, Torre de s’Església (Santa Eulària) y Torre des Pi des Català. También se apuntaron al proyecto otras zonas de Baleares, Cataluña, País Valencià, Andalucía o Murcia, además de Marruecos, Túnez o Líbano para sumar, en total, más de un centenar de puntos de encendido y «crear un Mediterráneo marcado por la solidaridad».