La calle Es Cubells mide un kilómetro de longitud, es de las más largas de Ibiza y abarca desde el carrer de Corona hasta la Avinguda de Sant Josep, a la altura de la gasolinera.

Esta vía de Vila se encuentra muy próxima a los Multicines o la Clínica Vila Park. Esta gran avenida no contempla una gran cantidad de negocios y, por ello, es más conocida para los lugareños como «un lugar de paso» o el «sitio donde aparcar». «Yo no suelo frecuentar esta calle; la utilizo para ir a trabajar. Tampoco es transitada por mucha gente en general, es más un lugar de paso normal y corriente», destaca una residente.

Marga, trabajadora de Intermobil, justamente explica que «somos cuatro negocios los que hay aquí. No hay hoteles, ni tampoco hay muchos bares; hay un par de tiendas y comercios para la gente de aquí». Jovanka, otra vecina, opina lo mismo: «Es una calle residencial, en la que no hay accidentes prácticamente».

María lleva tan sólo una semana por aquí y asegura que este lugar le «parece súper tranquilo». «Me encanta que haya centros comerciales y el parque, aunque estaría bien también que hubiese un poquito más de movimiento». Muy cerca, en un banco de la vía, había una persona «pasando el rato» y tomando el sol plácidamente con su perro mientras esperaba a su hijo, que tenía que salir del colegio. «Yo la encuentro bien la calle; tampoco vengo mucho por aquí, pero es un buen paseo».

Un lugar vecinal
Juanjo es ibicenco «de toda la vida» y suele frecuentar esta calle por trabajo, ya que es repartidor de comida. Para él «es un lugar vecinal», pero sobre todo lo que tiene de especial es que está cerca el campo de fútbol de Ibiza y la pista de atletismo, «que se suele llenar cuando hay partido». Asegura que desde que él era pequeño «la zona ha cambiado».

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«Suelen ser más caros los pisos porque hay más gente extranjera y no suele haber tanto nativo. Los nativos suelen irse a estudiar fuera y buscarse la vida fuera», señala. Él recuerda que «antes costaba un piso menos de 200.000 pesetas, pero desde hace un tiempo se ha inflado mucho el precio».
«Ahora en zonas como éstas pueden costarte perfectamente entre 400.000 o 500.000 euros y de eso no baja». Jonathan y Miguelina, que vienen del Vila Park, opinan que «la zona está muy bien», pero «se podría tener más de lugares de distracción para estar con niños o en familia porque aquí sólo hay un parque y subiendo más arriba no hay nada. Los cines no están ni habilitados». También piden que la calle se haga más urbana y que los peatones tengan más prioridades.

«Yo creo que hace falta una acera para poder bajar desde la Comisaría de Policía al campo de fútbol», opina Jonathan, quien asegura que esto aportaría familiaridad. Por su parte, Miguelina afirma que estas mejoras ayudarían a que la vía fuese más social, «porque ahora mismo caminas y no hay un sitio donde puedas encontrarte con amigos y familia para estar ahí y pasar el tiempo».

En este sentido, una familia sevillana afincada en Ibiza desde hace 24 años coincide en esta petición y lo achaca a que «todo está encaminado hacia el turismo». «Por ello los residentes son los grandes perdedores, ya que pasan aquí todo el año y son los más perjudicados», explica. Esta familia también regresan del centro médico y opina que, a rasgos generales, hay «pocos aparcamientos y mucha gente. Cada vez hay peor turismo y peor calidad de vida». Muy cerca está la vecina Mari Carmen, quien asegura que «esto ya no es para nosotros, sino para los extranjeros. Los españoles nos vamos».

«Aunque yo sea de Sevilla llevo muchos años aquí y puedo decir que en esta zona ya no hay nada. No puedes ir a un sitio familiar o normal porque vas a cualquier restaurante y te piden el precio del turista y nosotros no tenemos aquí ni sus sueldos ni ese nivel de vida», apunta.

A su lado está Raquel, quien asegura también que se equiparan los costes de vida sin tener en cuenta las condiciones de los locales: «En invierno nos quieren porque somos los que mantenemos la isla, pero en verano nos meten sablazos por todos lados; el aparcamiento hay que pagarlo y en la playa hay que pagar por las tumbonas. Ya no puedes poner ni la toalla en la arena porque todo lo que hay es para el turista rico. Los que vivimos aquí no tenemos facilidades y mucha gente se va por eso». Esta familia añora el pasado porque, indican, «antes vivías más con la gente del pueblo y ahora para la gente de Ibiza no hay nada».