El acusado fue juzgado el pasado 24 de enero, día en que fue señalada su causa con motivo de la última visita que realizó la Audiencia Provincial a la isla.

La Audiencia Provincial ha condenado a cuatro años y medio de cárcel a un joven alicantino vecino de Eivissa que en mayo del año pasado fue sorprendido por la policía en ses Figueretes cuando ocultaba en sus calzoncillos cien gramos de cocaína. La sentencia se ha producido después de que el tribunal descartara por completo que el imputado actuara como «correo» por el estado de necesidad de su madre, tal y como alegó en el juicio. «El perfil caracterológico del acusado en nada puede determinarse mediante su declarado intento de ayudar a su madre, cuando a más preguntas reconoció hacer vida independiente y -pese a tener trabajo en el momento de los hechos enjuiciados- no tener costumbre de remitirle cantidad dineraria alguna», razona la Sala para no dar crédito a la versión del acusado. En la vista, éste señaló que su madre estaba de baja laboral y que él buscaba no ser una carga para la difícil economía de su madre. La Audiencia Provincial, de igual manera, considera que Roberto Oliva Ballester, de 21 años, incurrió en un delito contra la salud pública por participar activamente en una acción que iba encaminada a la distribución de la cocaína entre los consumidores. Todo ello independientemente de que Oliva Ballester descargara otra buena parte de su defensa en justificar que aceptó dinero en una discoteca de Eivissa sólo por trasladar la droga hasta un domicilio de ses Figueretes -ubicado en la Avenida Pedro Matutes Noguera- sin hablar en ningún momento de involucrarse directamente en la venta de los estupefacientes.