El atraco se produjo pasadas las nueve de la noche, una vez que el supermercado cerró las puertas. Foto: G.G. LAMA

Cuatro encapuchados armados dieron en la noche del sábado un golpe completamente incruento en el que se llevaron en apenas unos minutos toda la recaudación en metálico del día del SYP de ses Païsses. Fueron 38.000 euros, cantidad a la que hay que descontar el dinero que se pagó con tarjeta bancaria. Lo tuvieron muy fácil. No había ni un sólo vigilante de seguridad, tan sólo estaban las cajeras del supermercado, cuatro mujeres, que obedecieron sin rechistar las órdenes de los encapuchados. La alarma no funciona cuando hay gente dentro. Se presupone que un quinto atracador esperaba fuera del supermercado con un coche con el motor en marcha para emprender la huida. La Guardia Civil no tiene ninguna pista, fue un golpe perfecto. No obstante, todos los atracos de este tipo que se han realizado en la isla en los últimos años han sido resueltos con éxito por la Policía Judicial de la Guardia Civil, que también lleva este caso.

Ocurrió pasadas las nueve de la noche, cuando las puertas del supermercado acababan de cerrar y las cajeras se quedaron para hacer las cuentas. Estaban solas, aseguraron ayer trabajadores del SYP, porque no hay ningún vigilante en este supermercado que se encargue de la seguridad. Los atracadores lo sabían, porque tan sólo uno de ellos llevaba un arma de fuego -una pistola que además se cree que era de fogueo-. Dos más llevaban palos y el último una pata de cabra como las que se utilizan para forzar puertas. A través de uno de los encargados del SYP, el propietario de este supermercado, Antonio Riera, dijo que hoy informaría a la prensa de lo ocurrido y aclarará por qué no había ningún vigilante de seguridad protegiendo el trabajo de las cajeras. Aunque la Policía Judicial no dispone de pistas importantes que les permitan seguir el hilo, sí que se sabe gracias al testimonio de las cajeras que al menos uno de ellos era extranjero por el acento con el que las gritó.