Con nuevos responsables y nuevo nombre, pero todo apunta a que, más de cinco años después, la historia del café concierto de la esquina de la calle Joan Xico, frente al parque Reina Sofía, se está repitiendo. En junio de 2004 se celebró un juicio de faltas en el que tres vecinos de esta calle solicitaban a los responsables del pub «Warhol» una indemnización de 9.000 euros por los perjuicios causados a lo largo de dos años y medio, ya que aseguraron que el ruido que generaba el establecimiento no les dejaba dormir. Tan sólo un mes después el juez dictó sentencia y condenó a los responsables del local a pagar los 3.000 euros que reclamaban cada uno de los tres demandantes.
En la actualidad, este mismo local, que al parecer ahora depende de nuevos responsables y se llama «Soto» en lugar de «Warhol», ha sido denunciado por una pareja que vive con su bebé en un piso junto al café concierto, y también por el ruido. «No podemos más». Así de tajantes se mostraron en septiembre pasado Laura y Antonio, una pareja con un hijo de dos años, que decidieron abandonar su domicilio temporalmente a causa de los ruidos que ocasiona desde agosto, según su versión, el «Soto», que linda con su casa, en concreto con la habitación de su hijo.

Cierre definitivo

Tras estudiar la denuncia el Ministerio Público ha solicitado una pena de seis años y tres meses de prisión para el responsable del café concierto, cuatro años y tres meses por un presunto delito de contaminación acústica y dos años por las lesiones psíquicas causadas a la pareja. Pero teniendo en cuenta que hace más de cinco años este mismo local -con distinto dueño y nombre- ya fue sancionado por este mismo problema, quizá lo más importante sea que el fiscal Antoni Torres solicita también el cierre del local y la inhabilitación para su dueño durante cinco años para ejercer trabajos relacionados con el ocio nocturno.
En el año 2004 los tres vecinos aseguraron que durante dos años y medio el bar les hizo la vida imposible. Lo denunciaron ante el Ayuntamiento de Vila, cuya Policía Local realizó mediciones, corroboró el exceso de decibelios, ordenó poner un limitador de sonido y llegó a decretar el precinto del equipo de música, aunque después permitió el desprecinto.
También en el caso de la pareja que ahora denuncia el Ayuntamiento está informado y ha realizado mediciones de sonido que supuestamente han demostrado que se sobrepasa el tope permiti