El suceso tuvo lugar en la medianoche del 7 de octubre de 2007 en una zona oscura de playa del Bora-Bora. | Marco Torres

Un agente del Cuerpo Nacional de Policía con destino de Eivissa ha sido condenado a un año y nueve mesesde prisión por coaccionar y abusar de su condición profesional cuando, fuera de servicio y supuestamente en estado de embriaguez, coaccionó a una pareja que se hallaba en la zona de playa del Bora-Bora tras mostrarles su placa y abordarla de manera «totalmente inopinada y muy agresiva», según una sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa. Al parecer, el mismo agente había hecho en otras ocasiones gala de carácter prepotente en el mismo sitio en otras ocasiones.

Los hechos ocurrieron sobre la medianoche del 7 de octubre de 2007 cuando los afectados, uno de ellos funcionario del Estado, se vieron sorprendidos por el acusado, L.B.K. que, según la sentencia, presentaba «un aspecto desaliñado pareciendo hallarse en estado de embriaguez o bajo la influencia de alguna sustancia no determinada», así como un ojo morado.

La magistrada Martina Rodríguez, titular del juzgado que ha decidido sobre este caso, incide en el hecho de que los dos denunciantes se encontraban en un rincón oscuro «donde tomaban una consumición en actitud cariñosa y relajada, propia del que se halla de vacaciones». En el juicio, el policía dijo que intervino al creer que estaban fumando hachís. El agente exigió a ambos que se vaciaran sus bolsillos y le dieran todo lo que portaban al tiempo que les mostraba su placa del Cuerpo Nacional de Policía.

Fue entonces cuando la mujer se identificó también como funcionaria a la vez que le señalaba que era consciente de cuáles eran sus derechos. El acusado se mostró aún más agresivo, acción que vino seguida por otro comentario que agravó aún más la situación. Ello ocurrió cuando el otro afectado le contestó que no le extrañaba que llevara un ojo amoratado.

Zarandeado

El agente L.B.K. acabó zarandeando a dicha persona, momento que los denunciantes, tras lograr zafarse del acusado, huyeron apresuradamente para evitar nuevos problemas hasta que regresaron al Bora-Bora pasados unos minutos.

«Al comentar con personal de seguridad de la discoteca mencionada el incidente y ser informados de que el acusado ya era conocido por haber provocado otros altercados decidieron interponer la presente denuncia», resuelve también como probado esta sentencia.

La juez, tras analizar los sucedido, considera que el policía cometió un delito de coacciones «haciendo un indebido uso de la placa profesional, atemorizó de tal forma a los denunciantes que logró que éstos abandonaran el lugar donde tranquilamente se hallaban».