La juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, dejó ayer visto para sentencia el caso de un joven latinoamericano acusado por un presunto delito de violencia machista.

El acusado, J.L.V.E., de 25 años, explicó que la noche del 25 de marzo, su pareja, de española de 21, no le dejaba dormir porque se le subía encima cuando estaban en la cama. Ella, además, según el atestado, le llamó «gilipollas» y «malnacido». Él reconoció que había tomado varios martinis y que reaccionó agarrándola de la mandíbula y empujándola, pero sin intención de agredir, dijo a la juez. La joven llamó a la Guardia Civil y dijo a los agentes que él la había agredido incluso con patadas en la cara y que la llamó «puta, gorda, fea y desgraciada», aunque él sólo reconoce lo de «gorda», y también que la amenazó con marcarle la cara con una «ele» si le ponía «los cuernos». Ante la juez, ella se negó a declarar y dijo que retiraba la denuncia.

No obstante, el Ministerio Público pide 10 meses de prisión para J.L.V.E. y una orden de alejamiento, y para ella ocho días de localización permanente.