El fuego que el martes por la tarde arrasó una docena de barcos en un almacén de Can Bellotera continuaba activo ayer por la mañana. Dos veces tuvieron que regresar los bomberos para apagar las llamas que renacían en al menos una de las embarcaciones.

La primera fue sobre las siete y media de la mañana y la segunda sobre la una de la tarde. Al menos ocho yates quedaron completamente destrozados por el fuego, mientras que otros cuatro se vieron afectados, lo que representan pérdidas de varios millones de euros, más de cuatro, señalaron fuentes conocedoras del caso, un dinero que, al menos en parte, podrían cubrir las compañías aseguradoras después de que se conozcan los resultados de la investigación, que está en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Una autocarvana también sufrió daños.

Declaraciones

Los investigadores tienen previsto entrar hoy en el recinto, conocido como Can Palau, ya que ayer, con los barcos humeantes y con llamas renacientes, resultaba peligroso recopilar información. Los agentes tomaron ayer declaración a los propietarios de los barcos.

Por la tarde, los bomberos del Consell d'Eivissa acudieron al lugar y se aseguraron de que ya no había llamas. La Guardia Civil custodiaba la entrada al almacén y balizó la zona con el objeto de que nadie pueda acceder al recinto y manipular posibles pruebas.

Algunos medios de comunicación de ámbito nacional señalaron que la Guardia Civil estaba «segura» de que el fue había sido intencionado con el fin de «cobrar el seguro», lo que desmintieron ayer categóricamente desde el Instituto Armado, pues aún es muy pronto para aseverar algó así. El incendio comenzó poco antes de las seis de la tarde en uno de los barcos. Una mujer fue quien dio la alarma.

Los bomberos acudieron a la emergencia con todos los medios de los que disponían.