La tentación le pudo. Un obrero que trabajaba en las obras de reforma de una vivienda de Vila aceptó ayer una condena de un año de prisión después de que se confesara autor de la sustracción de una cantidad próxima a los 2.000 euros que se guardaban en una hucha típica con la forma de un cerdito.

El operario participaba en los trabajos de remodelación que se llevaban a cabo en este domicilio, sito en la calle Abad i Lasierra de Eivissa, cuando encontró dentro de un armario la citada hucha.

Sin buscarla

Al parecer, este armario también estaba sujeto a las reformas que se estaban realizando por lo que el acusado se encontró de pronto con la hucha sin que en su ánimo estuviera buscar objeto alguno de la casa que fuera de su interés.

El suceso ocurrió en la primera quincena de 2009 y el propietario de la hucha, al ver su desaparición, interpuso una denuncia que se concretó en la apertura de diligencias contra el hombre que ayer tuvo que comparecer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa por unos hechos calificados de hurto.

El acusado terminó reconociendo que se había apoderado de la hucha y que se apropió de todo lo que había en el interior después de romperla para poder quedarse con su contenido.

La sentencia, que tras el acuerdo se formalizará en los próximos días, tendrá en cuenta como atenuante la circunstancia de reparación del daño. Según se evidenció durante el acuerdo judicial que dará lugar a la sentencia de conformidad, el obrero acusado por estos hechos depositó en el juzgado una cantidad de 950 euros para hacer frente parcialmente al dinero cuya sustracción se le atribuía.