La Policía Nacional ha desarticulado una red dedicada a la explotación sexual de mujeres en Granada y que contaba con ramificaciones en Eivissa. Los agentes han detenido a cuatro personas que presuntamente las retenían desde hacía dos años en un club de alterne granadino.

Los detenidos son tres mujeres y un hombre originarios de países del Este a los que se les atribuye la presunta participación en la explotación sexual de dos jóvenes de origen rumano, informó ayer el Cuerpo Nacional de Policía.

Los hechos se remontan a 2007, cuando una de las víctimas, una joven de unos 20 años que trabajaba en un club de alterne, interpuso una denuncia en la comisaría de Policía Nacional de Eivissa debido a la situación «obligada» de explotación sexual que al parecer sufría.

Pasaporte

La mujer manifestó también ser víctima de agresiones físicas por parte de varias mujeres y un hombre de su nacionalidad que le retenían el pasaporte, le obligaban a entregar el dinero que ganaba y le controlaban las llamadas y mensajes de su teléfono móvil. En esa misma situación se encontraba una compañera suya, según la Policía, que a principios de este año recibió otra denuncia similar.

En este caso, la denuncia procedía de otra mujer del Este de Europa que relató hechos similares, lo que derivó en la detención, por parte de la Policía Nacional de Eivissa, de un rumano.

En una operación conjunta con el cuerpo policial de Eivissa, la Policía Nacional de Granada procedió días atrás a la detención de dos mujeres que estaban alojadas en esta ciudad e imputó a la propietaria del local de alterne, presuntamente implicada en los hechos,por explotación sexual y amenazas a las dos denunciantes.

La investigación sigue abierta por si en ambas ciudades hubiera más implicados en esta red de trata de seres humanos.

Detenidas en enero en Sant Antoni dos mujeres por el mismo motivo

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en enero pasado a dos mujeres de nacionalidad rumana por prostituir a una joven compatriota en Sant Antoni, adonde llegó engañada creyendo que iba a trabajar en el cuidado de ancianos, si bien luego fue obligada a mantener relaciones sexuales para pagar la deuda que había contraído para viajar a España, informaron entonces desde Comisaría. La mujer era obligada a trabajar como prostituta, supuestamente, en local situado junto a un viejo bar situado en la calle Progrés de Sant Antoni.