El sospechoso fue detenido el 20 de agosto de 2008 cuando recogió en estas oficinas un paquete con hachís. | Marco Torres

Recibir un paquete de Málaga con 381 gramos de hachís en agosto de 2008 le costó ayer sentarse en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa para enfrentarse a un año de cárcel.

J.F.L.R., un joven andaluz de 27 años que dijo entonces trabajar de temporada para una discoteca de la Isla, aseguró que la droga recibida era para compartirla con otros tres compañeros de piso y que decidió utilizar este sistema de pedido porque el precio del hachís en Eivissa era el triple. «En Málaga me cuesta dos euros el gramo y aquí estaba a seis», explicó en la vista oral.

La policía le detuvo el 20 de agosto de 2008 cuando recogía el paquete en las oficinas de una empresa de mensajería. La investigación apuntó entonces a que el hachís iba a ser distribuido el siguiente fin de semana en uno de los principales lugares de ambiente juvenil durante la temporada turística.

El acusado negó ayer todos estos extremos y señaló que, por aquella época, estaba consumiendo entre 20 y 25 gramos diarios, cantidad que también solían tomar los otros tres jóvenes con los que, en es Codolar, compartía piso, dos de los cuales confirmaron ayer esta versión durante su comparecencia en el juicio. Ninguno de ellos fue detenido por los hechos que se enjuiciaron.

Sin dinero

Su defensa basó toda su estrategia en argumentar que el hecho de que la droga era para consumo de este grupo, y no destinado para la venta a terceros, estaba en que en el registro domiciliario que se efectuó nos se hallaron los efectos típicos de las personas que trafican.

«La policía no encontró balanzas ni efectos que se emplean para preparar dosis en el proceso de distribución. Tampoco tenía dinero y no hubo ningún ocultamiento desde el mismo momento en que se procedió a a su arresto», señaló el abogado.

«A todo ello se añade el hecho de que el acusado no necesitaba dinero porque tenía un empleo por el que cobraba un sueldo suficientemente elevado. Su perfil tampoco corresponde con el tipo de persona que habitualmente suele dedicarse a estas actividades», agregó el letrado de la defensa.