Un hidroavión descarga agua sobre una de las áreas quemadas por el incendio.

Por fin, ayer, un poco de esperanza. La consellera d'Interior en funciones, Pilar Costa, anunció ayer por la tarde que el incendio estaba «casi estabilizado». Tuvo que decir «casi» porque aún quedan llamas en algunas zonas. No obstante, aún falta mucho trabajo antes de anunciar el controlado. «Somos moderadamente optimistas», puntualizó.

Todo esto después del agotador esfuerzo de los técnicos y el trabajo y apoyo constante de algunos políticos, entre los que destaca, muy por encima del resto, el del conseller insular de Medi Ambient en funciones, Albert Prats, y, por supuesto, el del alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí Carraca, siempre al borde del infarto.

En el Puesto de Mando, en la segunda noche del incendio, tan solo técnicos y dos políticos: Prats y Mariano Juan, teniente de alcalde de Santa Eulària en funciones, que podría ser el sucesor del primero en el Consell d'Eivissa.

El panorama desde el Puesto de Mando, en la carretera de Sant Joan, a la altura de Can Coroné, era desolador: toda la cresta de los montes de Morna, en llamas. Por la mañana, el fuego ya había bajado hasta media falda, por lo que hubo que desalojar unas diez casas. En esta zona, las norias constantes de los hidroaviones lograron detener el fuego y, en el otro lado, en la zona de Portinatx y sa Cala de Sant de Vicent, el trabajo nocturno de los técnicos, que lograron confinar el fuego, fijó el incendio en los márgenes iniciales.

Sobre la una de la tarde llegaron al puesto de mando el presidente en funciones del Consell d'Eivissa, Xico Tarrés, acompañado de su vicepresidenta, Patricia Abascal, y de la delegada del Gobierno, Sofía Hernanz. En el lugar ya estaba la consellera Pilar Costa, responsable de dirigirse a los medios. Ya por la tarde, Costa y Tarrés ofrecieron un balance de la situación. Unas 1.500 hectáreas quemadas, diez viviendas afectadas en mayor en menor medida y un coche destruido. Tarrés añadió con cierto aire de misterio: «Cuando los políticos quieren hacer de técnicos, las cosas suelen salir mal». Muchos recordaron entonces los momentos de histeria vividos la noche anterior en el pueblo de Sant Joan, cuando el humo inundó la parte superior del pueblo, las llamas se veían cerca, los camiones de la Direcció General d'Emergències (DGE) acudieron por lo que pudiera pasar y a punto estuvo de ordenarse el desalojo del pueblo.

Turistas

La consellera d'Interior informó de que, en total, han sido desalojadas unas 350 personas de casas particulares. Costa no cuenta como tales a los turistas que dejaron sus hoteles por decisión de su turoperador.

Ayer ya eran casi 500 personas las que trabajaban en tierra, la mayor parte soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y se prevé que hoy ya estén sobre el terreno 20 agentes forestales.

En total, trabajaron 20 recursos aéreos, ya que ayer se sumaron dos hidroaviones más y dos airtractor.

Trabajadores de Ibanat critican la falta de medios

El Comité de empresa del Institut Balear de la Natura (Ibanat) se quejó ayer de falta de medios personales y materiales para atender los incendios forestales y expresó su apoyo a los ciudadanos de Eivissa, que en poco menos de un año han sufrido dos incendios de importancia.

Los trabajadores afirmaron que llevan años denunciando «el deterioro de las condiciones de trabajo de los trabajadores, de la maquinaria y de las instalaciones». «Desgraciadamente, las consecuencias y hechos se repiten y parece que nadie aprende o a nadie le interesa poner los medios para minimizar al máximo las consecuencias de hechos tan imprevisibles y salvajes como los incendios forestales», lamentaron.

Subrayaron que mientras los dirigentes políticos discuten sobre qué empresas públicas tienen que desaparecer para hacer frente al déficit público, lo que «realmente desaparece» es el patrimonio natural. Recordaron que las primeras horas de un incendio son «vitales» y por eso creen que no se puede estar pendiente siempre de la ayuda de otras comunidades o del Ejército, porque cuando llegan el incendio ya tiene «la fuerza necesaria para ser difícil de parar». La Conselleria solo disponde de una autobomba de alta presión en Eivissa y dos de Mallorca, mientras la UME ha traído 17. Este año se han suprimido puntos de vigilancia fijos y móviles, así como trabajadores de refuerzo. Confían en que el nuevo Govern cambie esta situación.

El gerente del Ibanat, Guillem Roselló, remarcó que el problema es que el incendio se ha producido antes del 1 de junio, cuando comienza la campaña de incendios, con lo que no disponían de todos los medios aéreos necesarios. También recordó que han invertido 1,4 millones en material.