El tribunal popular que ha juzgado en Palma al estonio Alvaar Pass por matar en Sant Antoni en 2008 a su compañero de habitación, un turista ítalo-colombiano, leyó ayer su veredicto y, finalmente, ha resultado ser el más duro de los posibles: asesinato. La Fiscalía solicitó una condena de doce años de cárcel por homicidio, mientras que la acusación particular pidió veinte años y calificó los hechos como asesinato. Por su parte, la defensa pidió la absolución porque entiende que actuó en defensa propia y, como alternativa, pidió que se apreciara el hecho de que el acusado padece esquizofrenia, a su modo de ver. Ahora los jueces impondrán la pena que habrá de cumplir el estonio, que está en prisión provisional desde dos días después de que se produjera el suceso.

Pass y su víctima se conocieron en el avión, procedente de Londres. Decidieron compartir habitación de hotel en Sant Antoni y, según explicó el condenado, mantuvieron una fuerte discusión por diferencias sobre la posibilidad de acudir a una fiesta. Según Pass, su compañero de habitación le agarró por detrás por el cuello y él cogió un cuchillo para defenderse. Cuando una empleada acudió a la habitación para limpiar, se encontró con el cadáver bajo la cama. La habitación estaba completamente revuelta y había sangre por todas partes.

La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. Debido a la mala calidad de la fotocopia de los pasaportes que los huéspedes dejaron en la recepción del hotel, los investigadores confundieron, en un primer momento, a la víctima con su verdugo, de forma que se dio por muerto al estonio y comenzó la búsqueda de quien en realidad estaba muerto. Dos días después, Pass se presentó en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y dijo en inglés al agente de la puerta: «Creo que he matado a mi compañero de habitación».