El joven británico Mathew James Cooney, de 22 años y que en la actualidad trabaja como guardia de la Reina de Inglaterra, fue juzgado ayer por un delito de lesiones presuntamente cometido en la playa de s'Arenal de Sant Antoni la noche del 25 de agosto del año pasado. Aquella noche Cooney, que ante la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, negó los hechos por los que se le acusa, habría asestado un fuerte puñetazo en un ojo a un joven que precisó siete puntos de sutura en el párpado superior.
El abogado del británico remarcó que su cliente, que además de ser guardia de la Reina Isabel II ha participado como militar en las guerras de Afganistán e Iraq, «nunca pegaría a una mujer» a tenor de lo que dicen sus amigos y su jefe, que en un informe lo calificó como una persona «equilibrada, brillante y formal».
Mathew James Cooney y tres amigos de su misma nacionalidad habían llegado ese mismo día a la Isla. Ya de noche fueron a la playa de s'Arenal, se quitaron la ropa, la dejaron sobre la arena y se metieron al mar desnudos. El acusado y sus amigos aseguran que un grupo de jóvenes intentó robar el pantalón de Cooney, que este salió del mar y comenzó una pelea con el presunto ladrón, un joven que cuando era menor de edad fue detenido dos veces por robos. Dicen los británicos que no había ninguna joven y que a la agredida no la vieron hasta que llegó la Policía Local de Sant Antoni.
La joven que sufrió la herida en el ojo, por su parte, declaró que ella se encontraba con una amiga que estaba borracha y que esta agarró el pantalón del acusado y que este salió del agua desnudo y golpeó a la denunciante en el ojo.
Ayer al juicio acudieron, además del acusado, los amigos que estaban con él el 25 de agosto, que declararon como testigos, y también el padre del sospechoso. El abogado dice que la joven y el chico, que entonces eran pareja, forman un grupo organizado que se dedica a los robos al descuido en las playas. El juicio quedó visto para sentencia.

6.000 euros de indemnización por los daños y secuelas
La fiscal pide que el acusado entregue una indemnización de 6.000 euros a la joven, a la que hubo que dar siete puntos en el párpado, por las lesiones y las secuelas.