Tres de los detenidos son llevados a Son Espases para una prueba de drogas.

Un agente de la Guardia Civil detenido el pasado fin de semana por tráfico de droga en Mallorca s ingresó ayer en prisión junto a sus cuatro compañeros. Se da la circunstancia de que el agente implicado, José Carlos T., es hijo del capitá José Trujillo, quien años atrás fuera jefe de la 8ª Compañía de la Guardia Civil de Eivissa. El mando benemérito se encuentra en la actualidad en la reserva activa y no tienen nada que ver con los hechos de los que está respondiendo su hijo.

El juez de guardia considera que existe riesgo de que el guardia pueda interferir en las investigaciones que dieron lugar a la aprehensión de más de ochocientas pastillas de éxtasis en Palma. La causa, que instruye el Juzgado de Instrucción número 2 de Palma está bajo secreto sumarial.

Reparto

En su declaración judicial, los cinco detenidos negaron cualquier vinculación con el tráfico de drogas. Según dijeron, habían comprado entre todos ellos las 800 pastillas para consumirlas. Así, uno de ellos -en cuya casa de Palma se encontró la mayor parte de la droga- afirmó que a él le tocaba un centenar de los comprimidos.

Esa cantidad, según dijo, él la consumía en dos fines de semana. Para acreditar este consumo tan elevado de MDMA las defensas de todos los arrestados solicitaron que se les hiciera un análisis de sangre en el hospital de Son Espases. La juez aceptó esta medida y por la tarde fueron trasladados hasta el complejo hospitalario para esta diligencia. Frente a esta versión, las pesquisas policiales apuntan a que se trata de un grupo que se dedicaba a la venta al por menor de la droga en distintos locales nocturos de Palma.

El fiscal interrogó a los cinco por varias conversaciones telefónicas en las que hablan de deudas entre ellos y que los investigadores vinculan con la venta de estupefacientes. Una de estas escuchas implicaría al agente, según fuentes de la causa. Precisamente, las escuchas realizadas a la única mujer detenida en la causa fueron las que llevaron a la detención de los demás. A esta joven se le investigaba a raíz de otra operación contra la venta de éxtasis en s’Arenal.

En su declaración, los detenidos aseguraron que habían pagado 2.400 euros para conseguir las pastillas. Ninguno de ellos quiso desvelar a quién le habían comprado el cargamento que pretendían consumir ellos mismos, según dijeron.

Asuntos Internos

Además del Cuerpo Nacional de Policía, en las investigaciones han participado efectivos de Asuntos Internos de la Benemérita, que tienen su base en la capital del Estado.

El agente detenido ya había sido expedientado pero se encontraba en activo cuando fue arrestado el pasado domingo, en Palma, por los inspectores de Estupefacientes.

En el puesto de Llucmajor, donde estaba destinado, se dedicaba a labores de vigilancia y patrullas para la seguridad ciudadana en toda la comarca.

En principio, de las investigaciones que se han llevado a cabo, se sospecha que el guardia llevaba a cabo funciones de ‘seguridad’ en la red que se da ahora por desarticulada, y que se dedicaba a la introducción y distribución de pastillas de MDMA en zonas de ocio de Palma, así como en otros puntos de la Isla.

Consumo de 50 pastillas en fin de semana

Todos los detenidos afirman que la droga iba destinada a su propio consumo. De hecho, alguno de ellos dio cifras de lo que tomaba un fin de semana de fiesta: hasta cincuenta comprimidos de éxtasis en las noches en las que salía. De esta forma, aseguró que había comprado para dos semanas.

La estrategia de los detenidos, en este sentido, es similar a la demuchas personas que se ven en una situación igual y que intentan demostrar lo que técnicamente es consumo compartido.