José Ureña frente al Consell d’Eivissa durante la manifestación que se produjo el 15 de septiembre de 2011. | ARGUI

José Ureña, padre de Abel Ureña Zafra, que murió en 2 de septiembre 2011 a los 28 años de edad a consecuencia de un puñetazo propinado por el portugués Paulo César Martins Baptista, reaccionó ayer a las peticiones formuladas en su escrito de acusación por la Fiscalía de Eivissa, que reclama una pena de 15 años de prisión para el acusado y una indemnización para la familia de la víctima en concepto de responsabilidad civil subsidiaria de 80.000 euros, una cantidad que tendría que hacer frente la empresa propietaria del Ushuaïa Beach Club, donde ambos trabajaban.

«Yo sé que las leyes son las que son, pero la petición de cárcel la veo ridícula», valoró Ureña. «Nosotros siempre hemos pedido que la acusación fuera por asesinato o al menos por homicidio doloso, por lo que vamos a reclamar una pena mayor», señaló el padre del fallecido, que murió tras pasar dos semanas en coma. La Fiscalía de Eivissa acusa al portugués por homicidio y reclama la pena de cárcel máxima que permite el Código Penal. Ureña declaró que Baptista actuó con ensañamiento, por lo que podría reclamarse la acusación por asesinato.

En cuanto a los 80.000 euros de indemnización, José Ureña señaló: «La petición económica me da igual, es sólo dinero, preferiría que no me dieran nada y que lo condenaran a cadena perpetua».

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