En verano, especialmente a partir del 15 de julio, las policías locales de la Isla se ven saturadas e incapaces de atender todos los requerimientos que reciben. Esta situación, que supone un mal servicio al contribuyente y a los turistas en general, tiene características diferentes según los municipios.

La realidad es que en verano los refuerzos policiales no aumentan de forma proporcional a la población, lo que causa grandes problemas. Los municipios de Eivissa cuentan este año con un refuerzo de 17 agentes, mientras que las plantillas fijas suman en total 171. Es decir, los refuerzos apenas representan un 10%, mientras que la población de la Isla, en ciertos momentos, se llega a triplicar, como poco.

El caso de Sant Joan es especial, ya que solo cuenta con tres policías locales y, por consiguiente, los asuntos de seguridad pública quedan prácticamente en exclusiva en manos de la Guardia Civil.

Con el fin de poner remedio a esta situación se creó en Balears la figura del policía turístico, que sirve de refuerzo para los meses de verano, pero con los años se ha comprobado que esta medida no alcanza a resolver el problema. Ni siquiera en lo mínimo, al menos en Eivissa, Sant Josep y Sant Antoni.

La situación no es la misma en todos los municipios, si bien en todos ellos se ven en la necesidad de establecer unas prioridades según la gravedad de cada caso y atender tan solo los requerimientos que permite el número de agentes disponibles.