El empresario Fernando Ferré y quien fue su contable, Josep Oller, el lunes, en el banquillo de los acusados.

La condena a siete años de prisión que el lunes aceptó el hotelero Fernando Ferré garantiza que, pase lo que pase, salvo causas de fuerza mayor, como podrían ser motivos graves de salud, el empresario tendrá que ingresar en prisión, confirmaron ayer fuentes judiciales.

Hay que tener en cuenta que Ferré ya fue condenado en el año 2009 a dos años de cárcel por un delito contra el derecho de los trabajadores, en concreto por la contratación irregular de al menos trece empleados para las obras de reforma de los hoteles S´Estanyol y San Remo de Port des Torrent.

El ministerio público le pedía diez años de cárcel, pero un acuerdo dejó la condena en dos y la pena quedó en suspenso, ya que entonces carecía de antecedentes penales. En 2009 fue sentenciado por el mismo juzgado que lo condenó el lunes, el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, porque entre noviembre de 2005 y febrero de 2006 empleó «de modo verbal y sin alta en la Seguridad Social» contrató al menos a trece trabajadoras extranjeras «en situación de residencia ilegal». Estos antecedentes penales de 2009 no han caducado, es decir, están vigentes, por lo que ahora, con una nueva condena, ésta de siete años de cárcel, Ferré tendrá que ingresar en prisión. Para que el juzgado ordene su ingreso la sentencia se tiene que hacer firme, lo cual ocurrirá en el caso de que el Juzgado de lo Mercantil acepte que la empresa de Ferré, Grupo Playa Sol (GPS), que se encuentra en fase de concurso de acreedores, se haga cargo como responsable civil subsidiaria del pago de la multa de once millones de euros que se le ha impuesto al empresario de forma solidaria junto con su contable, Josep Oller Mateu.