Agarrada a una roca tras una caída de más de 30 metros. Así fue como se encontró el dispositivo de emergencias a una joven de 30 años que a media mañana de ayer se precipitó desde lo alto de un acantilado en Cap Martinet.
«Apenas tenía unos rasguños y algún que otro hematoma. Estaba encima de una roca a la que llegó nadando y no hablaba por el estado de shock», así relataba uno de los efectivos del operativo de rescate cómo encontraron a la víctima.

La voz de alerta la daba un vecino de la zona que advirtió la presencia de la mujer junto a los acantilados, poco antes de precipitarse al vacío.

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Hasta el escenario del suceso se movilizó un gran despliegue de medios. Así, hasta la zona llegaron hasta dos dotaciones de bomberos, diez efectivos con miembros del Grupo de Rescate Vertical, varias patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local de Santa Eulària, efectivos de Protección Civil y una ambulancia del 061. A los efectivos terrestres se sumaron la Salvamar Caliope de Salvamento Marítimo y una embarcación del Grupo Especializado de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.

La mujer había llegado hasta la zona en un turismo. Los agentes que se personaron recabaron información para determinar si fue una caída accidental por las ráfagas de viento o intencionada.

Tras valorar la situación, la víctima fue rescatada por los efectivos de Salvamento Marítimo que la trasladaron hasta el puerto de Ibiza, punto donde esperaba una ambulancia para trasladarla al hospital de Can Misses. Según informaron fuentes del Área de Salud de Ibiza y Formentera, la mujer se encontraba en observación.