Los primeros positivos fueron detectados a bordo del MSC Grandiosa en una prueba de control que se realizó al pasaje en el puerto de Génova. Cabe señalar que todas las personas que viajaban en el crucero tenían que acreditar pasaporte COVID-19 o test negativo, en caso de menores, y que a lo largo de la travesía debían someterse a distintas pruebas. Tras ese control de la situación, cuarenta pasajeros fueron desembarcados para iniciar cuarentena al confirmase su positivo. Este martes dejaron el buque en el puerto de Civitavechhia, en Roma, el resto de los afectados, mayoritariamente italianos, según publicaba la prensa del país.
Este viernes, a su llegada a la Isla, se confirmaba por Sanidad Exterior nuevos infectados a bordo. Todos son trasladados de manera segura, y como marca el protocolo, a los lugares donde deberán cumplir el aislamiento.
A bordo todavía de la embarcación, algunos pasajeros españoles, que tenían que estar aislados en sus camarotes por ser contactos de los positivos, han compartido en redes su indignación por la gestión de la situación por parte de la compañía, ya que, según han contado, al tiempo que las personas infectadas bajaban del barco en distintos puertos para iniciar aislamiento en hoteles, otros nuevos pasajeros subían al crucero:
El MSC Gradiosa inició el viaje el pasado 28 de diciembre en Marsella con casi 5.000 personas a bordo entre pasajeros y tripulación. Está previsto que en unas horas deje el puerto de Palma para viajar hasta Barcelona.
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