El expresidente español Felipe González. | Efe - Isaac Esquivel

Dice una voz autorizada en la esfera política nacional como es el veterano periodista catalán Enric Juliana que existen, al menos, tres PSOE distintos entroncados en un mismo cuerpo. Estos son los socialistas de la costa, los periféricos por un lado, por otro los de la Meseta, y por último y no por ello menos importantes los integrantes del «PSOE anterior». El resultado ineludible de esta suerte de 'matrioshka' en una de la principales formaciones de la política española es la divergencia de sus voces.

El disenso aparece de forma más clara en determinados asuntos, y este martes la comparecencia de Carles Puigdemont en Bruselas, que ha puesto encima de la mesa las exigencias de Junts de cara a negociar una eventual investidura de Pedro Sánchez, ha sido una muestra diáfana de ello. Tras las palabras del expresident de la Generalitat de Cataluña se han sucedido los pronunciamientos de antiguos dirigentes socialistas. A esa 'vieja guardia', aparentemente, no le convence incorporar a un fugado de la Justicia española como compañero de viaje.

El expresidente del Gobierno, Felipe González, ha pedido al presidente del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, que diga claramente que la amnistía de los implicados en el 'procés' y el referéndum ilegal de Cataluña el 1 de octubre de 2017 y la autodeterminación no caben en el marco de la Constitución. Ha admitido también que le ha costado votar al PSOE y ha reconocido que desde su partido le han mandado callar, pero cree que los que lo han hecho no son socialistas.

Durante una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, González se ha mostrado en contra de una amnistía y ha mostrado su preocupación por las consecuencias que traería ésta. Ha asegurado que no iba a hablar de Pedro Sánchez, pero sí ha reclamado que «si el presidente dice que todo lo que se haga se hará en el marcho de la Constitución, entonces dígase con claridad que en el marco de la Constitución no cabe la amnistía ni la autodeterminación».

En opinión de González, una amnistía a los implicados en el proceso independentista en Cataluña supondría reconocer que no cometieron ningún delito y que fue el régimen democrático español el que les culpabilizó «injustamente». Así, ha indicado que la amnistía conllevaría el reconocimiento de que los encausados en el 'procés' hicieron «lo correcto» y no cometieron «ningún delito y ni una falta siquiera».

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Además llevaría a asumir que «el sistema represor, no el Estado de Derecho» fue el que culpabilizó «injustamente» de haber llevado a cabo el 6 y 7 de septiembre de 2017 las leyes de desconexión fuera de la Constitución y de manera unilateral, ha señalado. Es más, González ha advertido de que la concesión de la amnistía podría conllevar la asunción de que quienes llevaron a cabo el intento de independencia en Cataluña pueden volver a hacerlo puesto que no implica ni siquiera un compromiso de mantenerse dentro del marco de convivencia.

El expresidente afirmó que en las últimas elecciones generales del 23 de julio votó al PSOE pero que le costó más que otras veces hacerlo pues a su juicio se están erosionando los cimientos en los que se fundamenta la convivencia. Así, ha insistido en que el edificio de la convivencia se está poniendo en riesgo «como si hubiera termitas en la madera». En esta misma línea ha puesto el ejemplo del derrumbe de un edificio en Miami, en el que los ciudadanos vivían a gusto, sin pensar que los cimientos se estaban cayendo. Pero de pronto, el edificio se vino abajo porque los cimiento se habían movido y los habitantes se preguntaban qué había pasado. Ahora, apunta que él tiene a veces «esa sensación».

Otro exdirigente socialista que se ha apresurado a marcar las líneas rojas en las pretensiones de Puigdemont ha sido Nicolás Redondo, quien ha considerado una «inmoralidad» formar gobierno con los apoyos de Junts, porque el expresidente catalán huido en Bélgica busca «destruir el sistema del 78, romper la ciudadanía española y establecer una sociedad de privilegios y medieval».

En esta línea, Redondo reclama al PSOE que le de un «no» rotundo al líder de Junts y no claudique de manera «genuflexa» ante un personaje que no ha tenido el valor de presentarse ante los tribunales. El exsecretario general de los socialistas vascos ha abundado afirmando que «estamos tardando los socialistas en decirle que no a Puigdemont», y considera «imposible» olvidar lo que sucedió el 1-O y que quisieron «hacer un pronunciamiento decimonónico en contra de la democracia, la libertad, e igualdad de los españoles».

«Es imposible que aceptemos ser secuestrados por un personaje que no se ha presentado a la Justicia española», ha proseguido el exdirigente socialista y afiliado al PSOE al tiempo que ha añadido que no se puede aceptar que «un personaje que no se ha presentado ante la justicia dicte la política de los ciudadanos de Coníl o Fuenterrabía». En su opinión, «es absurdo» lo que está planteando el expresidente catalán y considera que «el PSOE está obligado a decirle que no hay negociación en esos términos».