En 24 horas Gabriel Company ha dado un giro rápido y audaz a un escenario en el que su autoridad como presidente del PP balear se había visto severamente dañada y menoscabada. La inesperada designación de Maria Salom como número 1 de la candidatura al Congreso de los Diputados por Balears, tras haber sido gestionada y cerrada unilateralmente en Madrid en contra de los planes y las propuestas de la dirección del Partido Popular de las Islas, soliviantó a las bases y puso a Company en una situación precaria. Pablo Casado escogió y presentó a Salom como cabeza de lista para las elecciones generales del 28 de abril. Una decisión que pilló a contrapié a los populares de Balears quienes, erróneamente, habían dado por amortizada demasiado pronto a la hábil y veterana política, ejemplo de adaptación y supervivencia.

Malestar y advertencia.
El malestar del PP balear, con advertencia de desmovilización de las bases para la campaña del 28-A, llegó a la sede de la calle Génova, donde ayer se cambió el guion y Company, que había quedado desautorizado el viernes, pudo comparecer como relativo ganador de esta crisis interna con una solución de consenso que le refuerza. La dirección nacional del partido se ve obligada a dar marcha atrás y releva a Salom por Margalida Prohens, persona de confianza del presidente del PP balear y también de Casado.

Rectificación del PP nacional.
El PP nacional rectifica y a la vez se sale con la suya ya que su voluntad consistía en situar a Prohens como número 1 de la lista al Congreso por Balears. Salom será candidata al Senado por Mallorca. De este episodio se deduce la existencia de diferentes canales de relación del PP balear con Madrid -al menos el que hizo posible la frustrada nominación de Salom- y que Gabriel Company debe consolidar su liderazgo y su auctoritas, para lo que ayer dio un paso decisivo.