El nuevo método de baremación de méritos en la categoría de grupo técnico de la función administrativa puede dar lugar a que cargos directivos de confianza puedan obtener una plaza en propiedad como trabajadores públicos. En este sentido, con la nueva baremación los cargos de confianza pueden conseguir hasta 0,23 puntos por cada mes trabajado en dicho puesto. Si se completan dos legislaturas (ocho años), se suman 12 puntos y esta persona conseguirá más puntos que alguien que tiene un doctorado. El único requisito, admeás, es que la persona que aspire a un cargo de funcionario tenga la titulación requerida. En otras palabras, a pocos meses de las elecciones el Govern y la Conselleria balear de Salud y, por extensión, el PSIB premian y blindan a las personas de su confianza, por si no repiten en el poder que estas personas tengan asegurado un porvenir profesional.

Favoritismos.
No es la primera vez que la Conselleria balear de Salud intenta favorecer a unas personas en concreto. En este punto es preciso recordar que el pasado mes de octubre trascendió que el director general del Ib-Salut, Manuel Palomino, contrató a su propio hijo en el GSAIB, así como su esposa fue «oportunamente beneficiada» de una promoción interna, según denunció entonces Antoni Costa, portavoz del PP en el Parlament. Otro escándalo mayúsculo relacionado con Salud vino dado cuando el TSJIB condenó al Govern porque Juli Fuster, exdirector del Ib-Salut y marido de la consellera balear de Salud Patricia Gómez, intervino en una oposición a la que se presentaba su hija cuando tenía la obligación legal de abstenerse. Tras inicialmente negarse a ello, Fuster acabó dimitiendo en julio del año pasado.

«Conselleria familiar de Salud».
La oposición ha tachado ya de escándalo el nuevo método de baremación que otorga más valor a un cargo directivo del Ib-Salut que a cualquier profesional médico con años de experiencia. De hecho, el PP recordó que ya lo había advertido en el último debate de política general: «Estamos ante una Conselleria familiar de Salud, donde los cargos públicos del PSOE son el conjunto de la familia y son convenientemente colocados en las plazas estables e irreversibles». Lo peor de todos estos casos mencionados hasta el momento es que se producen sin vergüenza ni sonrojo a escasos meses de las elecciones, una auténtica ‘operación salida’ que a la vista de los acontecimientos el PSIB lleva gestando desde hace meses.