Una mujer de origen magrebí que reside en Sant Antoni ha perdido su trabajo al no poder renovar a tiempo la tarjeta de residencia de larga duración debido a la Oficina de Extranjería en Ibiza. Dicho domento debe renovarse cada cinco años y por ello la trabajadora intentó en abril solicitar una cita para incorporarse al puesto de trabajo en mayo, pero le resultó imposible. Al no poder contactar telefónicamente con la Oficina de Extranjería, la mujer acudió a las dependencias públicas. Allí la respuesta fue que no le podían dar cita porque el servicio está saturado. Ni siquiera explicando su situación personal consiguió una solución. Además de perder su puesto de trabajo, la mujer tampoco podrá ser contratada como fija discontinua, una manera para regularizar su situación personal y laboral en Ibiza.

Mal servicio de la administración.
Resulta especialmente llamativo que mientras los ciudadanos denuncian el mal servicio que se ofrece desde distintos ámbitos de las administraciones públicas aún haya políticos que prometan a los funcionarios jornadas de cuatro día con el objetivo de conseguir votos. ¿Cómo es posible tener funcionarios trabajando desde su propio domicilio y a la vez decir a los ciudadanos que no se pueden dar citas por falta de personal? La situación es insostenible, y en Ibiza especialmente grave ante la fuga de trabajadores públicos a otros destinos por los problemas de vivienda.

Ni una reacción.
Lo peor no es que los ciudadanos vean a diario cómo se deterioran los servicios públicos por falta de personal y mala gestión. Lo más indignante es que este tipo de situaciones, como el cierre un dia a la semana de la Oficina de Tráfico, no provoquen ni una reacción por parte de los políticos, que deben considerar este asunto una cuestión menor porque no hacen la más mínima referencia durante estas semanas electorales. Pues la situación es grave y los ciudadanos comienzan a hartarse. Y con toda la razón del mundo.