El curso escolar 2000-2001 comenzó ayer para los alumnos de Educación Infantil y Primaria sin incidencias a destacar, aunque algunos pocos centros lo iniciarán en los próximos días a causa de las obras de reforma que aún se están ejecutando. Y, como cada año, se registraron los consabidos problemas circulatorios en Palma en la zona de mayor densidad de colegios. Uno de los factores destacables de esta jornada de reencuentro es el incremento en Balears de alumnos y profesores, al contrario de lo que sucede en el resto del Estado.

Una de las cuestiones que cabe plantearse precisamente con motivo del arranque de este nuevo curso es la racionalización tanto del calendario como de los horarios de los centros educativos. Por un lado, es cuestionable la validez de los periodos vacacionales, que son más y de mayor duración de lo acostumbrado en los países de nuestro entorno. Incluso algunos expertos en temas educativos apuntan a la necesidad de reducir las vacaciones de verano, que estiman que son demasiado largas. Y, por otra parte, habría que reflexionar muy seriamente sobre la conveniencia o no de realizar jornada continua o partida en nuestros centros docentes. Lo que realmente debe importar a la hora de planificar estas cuestiones es el mejor y mayor rendimiento de los alumnos.

Naturalmente, llevar a cabo este tipo de reformas puede originar reacciones contrarias, pero no es lógico que primen otros intereses que no sean los de la propia educación de los niños. Hasta el momento se han producido las más diversas reducciones del tiempo que los niños pasan en el colegio, lo que, sin duda, puede repercutir en la misma calidad de la enseñanza que reciben. Sería, pues, el momento de poner un cierto orden y establecer un calendario y unos horarios razonables.