Cuando era niña una de las cosas que más me gustaban de ponerme enferma, además de dormir más tiempo en las tibias mantas burgalesas, era poder escuchar la radio durante toda la mañana. Fui de esas niñas criadas a golpe de ondas, para las que quienes conducían un magazine matinal eran equilibristas con voz de magos, capaces de hacer interesante cualquier tema banal y descubridores de canciones mágicas.

Mi sexto cumpleaños amaneció cubierto de varicela, con fiebre y olor a Talquistina, pero la radio de fondo y entrar en directo para que me felicitasen por antena me quitó los picores, el enfado y me hizo crecer al menos diez centímetros. No es de extrañar que mis primeras prácticas fuesen en Onda Cero Aranda, donde me acabé de enamorar de un medio que fue la banda sonora de muchos viajes familiares y de muchas tardes de música y tertulias.

Mi socia, amiga, compañera y secuaz, Marta Jiménez, me contó algo parecido el día que nos conocimos compartiendo micrófono, esta vez, en Cope Ibiza. Su infancia se había cuajado acompañando a su madre en sus visitas laborales en el asiento de atrás de un coche donde a fuerza de costumbre sintonizó su vocación sin remedio.

De tanto escuchar la radio aprendí a locutar y a los 16 años debuté con un espacio de poesía y música clásica en la radio pirata de mi pueblo. Es lo que tiene tener un ojo vago, que la cabra tira al monte.

Durante la carrera fui becaria en todas las emisoras que pude: Onda Cero, Radio Nacional de España y Cadena Ser, donde finalmente me contrataron y donde cubrí la campaña electoral del PSOE allá en el año 2003, el mismo que otros derroteros de la vida me trajeron a esta dulce isla, esta vez vestidos de angelical responsable de informativos. De Cope a Èxit Punto Ràdio donde comienza esta historia. Fue allí donde conocí a Luis del Olmo, donde obtuve su teléfono y la razón por la que este jueves les emplazo a conocer a un hombre a quien ni siquiera su 1,90 de estatura consigue contener todo el talento que atesora. Después de comer en casa de Paloma Gómez Borrero una deliciosa pasta cocinada por ella, y de compartir este jueves mesa con Luis del Olmo, mis conocimientos de historia del periodismo de España, asignatura de segundo de carrera, están más frescos y más vivos que nunca. ¡Se imaginan poder escuchar con la boca abierta a personas que han formado parte de sus apuntes y exámenes!

Les ruego que se animen y que se acerquen a las 20,00 horas al Palacio de Congresos de Santa Eulalia, no porque mi humilde empresa cumpla diez años y esta sea nuestra manera de celebrar que hacemos periodismo, sino porque escuchar a la voz más longeva de nuestro país, la que ha protagonizado 12.000 programas de radio, es algo que estoy segura descansará en sus retinas y en sus oídos para siempre.

Imam Comunicación ha cumplido una década. Mi socia y yo seguimos enamoradas de la radio, esta vez como amantes pudorosas, dejándonos caer solamente un día a la semana durante cinco minutos por Onda Cero para dar vida a su agenda cultural de los viernes, pero Luis del Olmo, a quien todavía no sé cómo logramos convencer con tanta facilidad para que viniese a celebrarlo con nosotras, es un regalo que nos merecemos todos. ¿Compartimos la radio de su vida?

Les espero este jueves a las 20,00 horas en el Palacio de Congresos de Santa Eulalia