El comienzo del tiempo otoñal, que se ha retrasado este año, va a coincidir con la presentación de los presupuestos del Consell de 2015, los primeros que se realizan al amparo de la nueva Ley de Financiación de consells insulares.Después de tres años en los que la máxima prioridad ha sido poner orden, tanto administrativa como económicamente, en una época de crisis profunda en la que la reducción de los ingresos públicos ha sido muy acusada, ha llegado el momento en que tenemos la maquinaria engrasada para volver a crecer. Además, gracias a esta ley de financiación, este crecimiento no tiene vuelta atrás: el Govern Balear deberá incrementar, año tras año, la financiación del Consell Insular de forma proporcional a los incrementos de financiación que registre la comunidad autónoma.

Se ha acabado tener que negociar cada año una parte muy importante de las aportaciones. El grueso de la financiación (y ello incluye por primera vez las inversiones en carreteras y la competencia de personas con discapacidad) se recibirá de forma automática, mes a mes, sin tener que depender de engorrosos convenios que dependen de la voluntad política de cada gobierno.

Se ha acabado la época de ver como la financiación del Consell iba ligada a la inflación mientras el Govern aumentaba sus presupuestos muy por encima. Se ha acabado la época de hinchar los presupuestos con ingresos ficticios que sólo contribuyen a endeudar la institución. Se ha acabado la época en que buena parte de los ingresos del Consell eran finalistas, es decir, venía marcado en qué debían gastarse, sin ninguna capacidad de maniobra o flexibilidad.

A la hora de dirigir una institución, no sólo hay que conseguir llegar a unos objetivos, sino también hay que tener claro que esos objetivos son los correctos, los necesarios y que la mayor parte de la población los asuma como tales. Estamos convencidos de que la gestión económica de estos tres años ha sido necesaria, y ha servido para algo. Entre todos hemos puesto los cimientos para iniciar el cambio de ciclo económico y los ciudadanos empiezan a notar los resultados.

Al empezar el otoño y reducirse el ritmo de vida después de un agitado verano, corremos el riesgo de dejarnos llevar por la inercia y ralentizar nuestras expectativas. No debe ser así. Hemos hecho un trabajo muy duro y con las reformas que se han llevado a cabo. Y particularmente, con la nueva Ley de Financiación de consells, es ahora cuando empieza un camino más firme y seguro de cara a que el Consell Insular pueda atender mejor las necesidades de los ciudadanos.