Gigante en la cancha. Inmenso fuera de ella. El viernes, tras ofrecer un recital que enmudeció las 27.000 almas francesas que llenaban el Pierre Mauroy, Pau subió a las redes sociales un foto suya muy especial. No era la del gesto de rabia destrozando el aro que al día siguiente acaparaba un gran número de portadas. No, no era la de ese mate que metía a España en el partido y le catapultaba a la final. Pau subió una foto suya de cuando era niño. Una imagen veraniega de un niño en la playa.

Con ella, E.T. se sumaba a la campaña de Unicef #TodosSomosNiñosdeSiria. Con esta iniciativa el grandioso @paugasol hace un llamamiento para que imágenes como la de Aylan no se repitan más. Lo dicho, gigante en la cancha, inmenso fuera de ella.

Después de enchufar 40 puntos ante la todopoderosa Francia, Pau hizo un hueco para poner la pelota donde toca. Pau, historia viva del baloncesto mundial, rompió barreras al ser el primer español elegido para disputar un All Star Game de la NBA; el primero en clasificarse para unos playoffs; el primero en conseguir un anillo de campeón. Ya tiene dos y seguro que vendrán más. Junto a su ‘bro’, Marc, protagonizó un salto para la historia, nacional y mundial en el pasado All Star. El de Sant Boi, ese niño GIGANTE, continúa llevando el número reservado a los juveniles, el 16 con el que debutó con el Barça. Es uno de los seis únicos jugadores de la historia de la NBA con al menos 18.000 puntos, 9.000 rebotes, 3.000 asistencias y 1.500 tapones. Pau está a la altura de mitos como Abdul-Jabbar, Duncan, Garnett, Olajuwon y Shaquille O’Neal. Lo dicho, un GIGANTE que en sus pocos días de vacaciones se desplaza a un campo de refugiados para pasar unos días con 40.000 niños sirios. MVP Pau. Por cierto, España: Oro.