Hay que felicitar a las autoridades municipales de Sant Josep, que han tenido buenas iniciativas para limpiar las aguas de Cala Tarida y de Portinatx. En el primer caso se han consumido tiempo y energías para demostrar que no había filtraciones de aguas residuales, incluso pasando una excavadora por la playa en busca de tuberías piratas. Y no las había.

Así que el color extraño de las aguas más cercanas a la playa eran producidas por unas algas que se alteraban de manera especial con altas temperaturas. De Cala Tarida leí hace años que un viajero la llamaba “Cala Teñida” y sospecho que debió pasar por allí en tiempos de verano.

Lo principal es que han inyectado de manera mecánica aguas frías y ciertos productos que han hecho desparecer las manchas y “tutti contenti”, especialmente los residentes y los visitantes. Y es que se mire cómo se mire nuestra riqueza y el futuro pasa por tener las playas en excelentes condiciones. En pocas palabras, las playas de la Pitiusas vienen a ser lo mismo que el petróleo para los países productores. Así que pongo un 10 a las corporaciones municipales antes citadas… y que duren las buenas iniciativas.

Y en la Cala Talamanca hay que felicitarse de que los políticos hayan dado luz verde a las obras del nuevo emisario de la depuradora de aguas residuales del municipio de Eivissa, que está hecha una calamidad y obsoleta, pero hay la certeza de que las obras de la nueva depuradora de Sa Coma se iniciarán dentro de poco tiempo. En fin, una gozada mayúscula. No sólo se salvará Talamanca, sino que toda la bahía y el puerto de Eivissa.

Otra actividad muy molesta: los ‘party boats’, han sido prohibidos en toda la costa de Formentera y en un 30 por ciento de la de la isla de Eivissa. El hecho ha sido posible gracias a que el Parlament de Balears los ha prohibido en todos los espacios naturales y a las competencias que tiene el Estado en el mar. Así, claro, la Guardia Civil ya controla los aforos, los abusivos volúmenes musicales y hasta realizan controles de alcoholemia. Así que la tranquilidad ha vuelto a nuestras costas y a las playas gracias a unas loables decisiones políticas autonómicas y estatales. Esperamos que los controles sean constantes y que dejen la mar, las playas y los bañistas en paz y tranquilidad. Así sea.