Parece lógico que los medios importantes de cualquier sitio tengan todos la misma publicidad institucional porque de otra forma se entra en la coacción y en intentos no sólo de manejar la línea editorial de los periódicos, sino en la práctica de ir cercenando la libertad de expresión de los reporteros y columnistas. Por eso, que el Consell de Formentera haya ordenado retirar un paquete publicitario al único periódico que lleva en su cabecera el nombre de Formentera se parece más a un pataleo de colegio que a un organismo público serio que debería tener una mínima deontología. Por lo visto, ese paquete publicitario se retiró porque se puso un anuncio de Vox junto a una información de la celebración de la Junta Local de Seguridad. Pues sí que tienen la piel final los mandarines del Consell. Colau está intentando que los Abascal más Ortega Smith no puedan dar mítines en Barcelona. No les cede el Palau de Sant Jordi. ¿Quién es en este caso el facha, Abascal o Colau? ¿Quien intenta explicar su proyecto político o la cacique que trata de que no pueda explicarlo? Se podrá estar en desacuerdo o en acuerdo con Vox, pero España es un Estado democrático y de derecho, y lo mismo que se admiten a concurso sensibilidades centrífugas, se pueden admitir otras centrípedas y siempre, dentro del marco constitucional, es el votante quien elige. Que una información esté junto a un anuncio de Vox no significa nada. Es como si pusieran este artículo con mi careto junto a un anuncio de Chester o de Gran Hermano Delux. El lector inteligente siempre sabe distinguir. El problema es que hay políticos que usan las instituciones para enseñarle ellos a distinguir y eso no es nada democrático, es abuso de poder.