El domingo el estadio de Can Misses debía acoger un derbi histórico en la isla, un UD Ibiza vs Peña Deportiva, un duelo entre dos escuadras de Segunda B con marchamo de play off para ascender a la división de plata del fútbol español. Desgraciadamente, el maldito Covid-19 mantiene paralizadas todas las competiciones. Domingos huérfanos de fútbol desde hace más de dos meses, sin gargantas, corns o bombos que jaleen los goles del killer Ángel Rodado o el cerebro Pepe Bernal. Y en medio de esta sequía goleadora y futbolística llegó Amadeo Salvo, pisó área junto a su particular think tank y marcó un gol por la escuadra al establishment del fútbol.

El lunes, el mismo día que se incorporaban al trabajo transatlánticos como el Barcelona, el Real Madrid o el Sevilla, la UD Ibiza volvía a acaparar portadas, minutos de televisión y de radio, al ser el único equipo de Segunda División B que hacía lo que se había vendido como una opción a la que solo se podían acoger los equipos de Primera y Segunda División. «En la vida hay dos opciones, trabajar o criticar. Nosotros siempre creemos en la primera. Intentar hacer cosas bien es un principio básico del UD Ibiza y de los profesionales que lo componen», escribía Amadeo Salvo en su cuenta de tuiter afianzado en una decisión que estaba fundamentada en derecho, una decisión que ha levantado ampollas en clubes como el Atlético Baleares, entidad inmersa en un ERTE y que soñaba con lograr el ascenso por la vía rápida en los despachos, evitando un play off exprés que todavía está en el aire porque el coronavirus sigue pululando. Una vez más, el club que preside Amadeo corre varios pasos por delante del resto. Con el equipo testado y una planificación de primera, los de Pablo Alfaro ya se ejercitan en Can Misses mientras otros tienen a varios jugadores lejos de su isla. La UD está a tres partidos de su objetivo, un sueño que también acaricia la Peña de Raúl Casañ.